Las claves de la crisis del Real Madrid
Cuarto tropiezo consecutivo y 409 minutos sin marcar. La derrota en Mendizorroza hurga en la herida de un equipo a la deriva.
El Real Madrid está en crisis. La derrota sufrida anoche ante el Alavés en Mendizorroza, con un gol de Manu García en el minuto 95 (1-0), pone de manifiesto los pecados de un equipo que acumula 409 minutos sin marcar (o, lo que es lo mismo, seis horas y 49 minutos), y eso es muy grave en un conjunto tradicionalmente tan goleador como el Madrid.
Desde la última victoria contra el Espanyol (un pírrico 1-0 en el Santiago Bernabéu, con un solitario gol de Marco Asensio antes del descanso), el pasado 22 de septiembre, los blancos acumulan tres derrotas (Sevilla, Moscú y Vitoria) y un empate sin goles (derbi ante el Atlético de Madrid). Han pasado ya quince días, y ahora lo mejor que le puede pasar a Julen Lopetegui y los suyos es el inminente parón de selecciones.
Y es que el técnico vasco está más cuestionado que nunca. Tras haber perdido la Supercopa de Europa contra el Atlético en Tallin, los blancos empezaron con buenas sensaciones LaLiga Santander, con victorias convincentes ante Getafe, Girona, Leganés, con un empate en Bilbao ante el Athletic entre medias. La goleada frente a la Roma, en el estreno Champions, devolvió la ilusión al madridismo, pero todo ha ido cuesta abajo desde entonces. Coincidiendo además con la baja de Isco Alarcón, que tendrá que estar un mes en el dique seco tras ser operado de una apendicitis. Junto al malagueño, los blancos también sufren otras dos ausencias importantes como son las de sus laterales titulares: Dani Carvajal y Marcelo. El lugar del madrileño lo ha suplido a la perfección Álvaro Odriozola, lo único potable anoche en Vitoria.
El pasado miércoles, en el segundo partido de Champions frente al CSKA de Moscú (1-0), los blancos tuvieron tres remates al palo y mucho infortunio de cara a la portería rival. Sin embargo, en Mendizorroza apenas generaron ocasiones y sacaron a relucir los pecados que vienen cometiendo en los últimos encuentros: falta de tensión, de velocidad y de desborde. Una vez más, el Real Madrid monopolizó el balón —rozó el 70% de posesión— pero se sintió impotente. Se muestra como un equipo bloqueado, sin confianza alguna y sin ideas. El Alavés lo acabó castigando al final con el gol de Manu García.
Jugadores como Luka Modric —que hace apenas dos semanas se hizo con el premio The Best al mejor jugador del mundo— y Toni Kroos han dado un paso atrás en sus prestaciones. A Marco Asensio, suplente anoche en Vitoria —entró al campo en el minuto 62 por Casemiro—, también le sigue esperando el madridismo. En ausencia de Cristiano Ronaldo, el balear está llamado a tener mucho más protagonismo en este equipo.
Queda claro también que, sin Cristiano, el Madrid pierde muchísimo gol. Al menos 40 dianas por temporada. Jugadores como Gareth Bale y Karim Benzema están llamados a firmar los tantos que conseguía el portugués, pero ni el galés ni el francés están haciendo olvidar la marcha de CR7 a la Juventus de Turín. Benzema nunca ha sido el goleador que espera buena parte del madridismo. Hasta ahora, el galo estaba más cómodo ejerciendo las funciones de escudero de Ronaldo, pero sin él se siente perdido. Bale está llamado a liderar al nuevo Madrid de Lopetegui, pero el británico vive siempre en el alambre con las lesiones. Anoche volvió a encender las alarmas en Vitoria al tener que ser sustituido por Vinicius en la recta final.
En definitiva: Benzema lleva seis partidos sin marcar y Bale, cuatro. Cuando menos preocupante.
Hay que remontarse quince años atrás para encontrar una sequía tan larga en el Real Madrid. Desde 2003, con Vicente del Bosque en el banquillo, los blancos no encadenaban una racha de cuatro partidos sin marcar. Ahora Lopetegui lo ha igualado. El técnico vasco, destituido por Luis Rubiales el pasado verano como seleccionador español, quiere dar un nuevo sello a este Real Madrid: la posesión por bandera. Sin embargo, el aficionado blanco más viejo del lugar siempre ha visto a un equipo que corre (en mayor o menor medida). Con tensión. Este estilo guardiolano de toque y posesión, pero sin velocidad ni desborde, no gusta al seguidor merengue. El Madrid nunca ha jugado así.
A Lopetegui se le empieza a poner cara de Rafa Benítez. Hace algo menos de tres años, en enero de 2016, el técnico madrileño fue destituido por la pobre imagen que ofrecía el equipo. Los resultados no eran tan negativos como el Madrid actual de Lopetegui, pero a Florentino Pérez no le tembló el pulso. Ahora el técnico vasco puede seguir sus pasos si el equipo no endereza el rumbo. Aún hay tiempo para reconducir la situación, pero la crisis en la Casa Blanca empieza a ser galopante. Casi siete horas sin marcar, tres derrotas y un empate en los últimos cuatro partidos, jugadores en muy baja forma... ¿alguien da más?
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