La Real Federación Española de Fútbol lo tiene claro. El Girona-Barça no se jugará en Miami. La RFEF ha enviado esta mañana una carta a la sede de La Liga en la que comunica que impedirá que el partido se dispute en Miami el 27 de enero. Avisa que "no autoriza" su celebración fuera de las fronteras nacionales para no adulterar la competición.
La propia Federación en declaraciones al Partidazo de la Cope responde a unas de Tebas en las que el presidente de La Liga afirmó que el Girona-Barça se jugaría en Miami "a un 90%". En la Federación toman el testigo de los porcentajes de Tebas y aseguran que las "posibilidades de que se dispute el partido en Miami son del 0%".
La RFEF deja claro en su nota que ni UEFA, ni FIFA son partidarias de esta idea, que el Gobierno español "no lo ve con buenos ojos" y que el sindicato de futbolistas AFE también ha mostrado "una postura contraria". Además, esta misma misiva será enviada a los organismos internacionales del fútbol para poner en conocimiento la posibilidad de que un partido de la Liga española se dispute en Estados Unidos.
A Tebas, que sigue empeñado en que el partido se juegue en Miami, se le complica el asunto por momentos.
Adulteración de la competición
El hecho de que un partido de Liga, en este caso el Girona-Barça, se juegue en un campo que no es el del equipo que entrena Eusebio Sacristán, provoca una clara adulteración de la competición. En Miami, el Barça se sentirá como en casa. No es lo mismo jugar en Montilivi, el campo del Girona, que en Miami. Es un hecho estadístico que jugar como local aumenta las posibilidades de victoria. ¿Por qué se va a facilitar el camino a un equipo, en este caso el Barcelona, perjudicando a otros –no solo al Girona, también a los rivales por el título del conjunto azulgrana–?
Es cierto que el equipo del que Pere Guardiola es parte del accionariado que lleva las riendas de los rojiblancos acepta jugar en Miami, la pela es la pela, pero eso no significa que la Real Federación Española de Fútbol no luche contra un hecho que es evidente. Si el partido se juega lejos de Montilivi, sin razón de fuerza mayor, se producirá una adulteración de la competición.
Las voces críticas contra la disputa del partido en Miami son varias. El mismo Julen Lopetegui no oculta su indignación: "Todos los equipos deben jugar en los mismos campos".
¿Se jugará finalmente el Girona-Barça en Miami? No lo duden. En el fútbol moderno prima el negocio.