Luis Suárez tiene un problema gordo con el peso. El delantero uruguayo ha llegado pasadísimo de quilos a este inicio de temporada y tiene preocupado al entorno culé. Totalmente tieso y fuera de forma, su actuación en los dos primeros oficiales de la temporada, ante el Sevilla en la Supercopa de España y en el debut liguero ante el Deportivo Alavés, fue lamentable.
En el seno culé es sabido que la constitución de Lucho le hace ganar peso con demasiada facilidad en cuanto se descuida un poco. Todas las pretemporadas llega fuera de forma, pero lo de este verano se le ha ido de las manos. A sus 31 años, el uruguayo debe cuidar más que nunca su físico si quiere seguir siendo uno de los mejores killers del mundo.