El F.C. Barcelona acelera su planificación para la próxima temporada. Toca soltar lastre para hacer hueco a las nuevas incorporaciones. Tras el adiós de Andrés Iniesta, llega el turno de Paulinho. El brasileño, pieza importante para Valverde, no estaba en la rampa de salida, como sí lo están Alcácer, Cillessen, Digne, Rafinha o Denis Suárez, pero una jugosa oferta del Guangzhou Evergrande, su antiguo equipo, abre la puerta al brasileño.
El conjunto chino ofrece a Paulinho una ficha descomunal y 50 millones al Barcelona por su traspaso. Una irrechazable oferta para ambos que cambia la hoja de ruta de incorporaciones.
Los 50 kilos que recibirá por Paulinho darán al Barça músculo económico suficiente para fichar un jugador de garantías en el centro del campo. Cerrada la incorporación del brasileño Arthur, fichado por 30 millones de euros más 9 en variables, y encarrilada la llegada de Lenglet, central galo del Sevilla –el Barça pagará la cláusula fijada en 30 millones de euros– los azulgranas peinan el mercado en busca de un jugón que sustituya a Iniesta. El primer nombre que suena en los despachos del Camp Nou es el del galo Rabiot, al que el PSG podría dejar salir por 80 millones de euros.