Hubo un tramo de la temporada en el cual al Atlético de Madrid se le podía meter mano haciendo un buen partido y aprovechando las ocasiones que se tenían. La falta de juego de los rojiblancos lo permitía y así lo hicieron equipos como el Villarreal o el Girona. Pero eso ya forma parte del pasado, sobre todo en el Wanda Metropolitano, porque el Atlético de Simeone ha superado su falta de gol y algo que irremediablemente está relacionado con lo primero: Antoine Griezmann se divierte y hace divertirse a los demás siendo la estrella del equipo rojiblanco.
El Celta mereció más en su vista a Madrid. Aguantó los primeros envites locales para acabar la primera parte siendo mejor que su rival, pero justo antes del descanso, Griezmann destapó el tarro de las esencias y puso por delante a su equipo con el golazo de la tarde. En la segunda parte, más de lo mismo para los gallegos. Unzué y los suyos salieron más enchufados, se encontraron con un penalti no pitado y rozaron el empate con un disparo al poste. Poco después, 2-0 de Vitolo y diez minutos después el 3-0. Fin.
Los méritos del Celta de Vigo se toparon con el oficio del Atlético de Madrid, que está demostrando que para ganarles en casa hay que realizar un gran partido y además tener buena suerte en momentos puntuales. Eso sólo lo pueden hacer los equipos grandes con futbolistas como Griezmann. La velocidad de crucero con él acaba en goleadas.
Abrelatas Griezmann
De más a menos y de menos a más. Esos fueron los respectivos caminos de Atlético de Madrid y Celta en los primeros 45 minutos. Empezó mejor el cuadro local teniendo mucho peligro por ambos flancos con la presencia de Vrsaljko y Vitolo. El croata estuvo impreciso a la hora de centrar, pero generó superioridad por su sector y siempre que el Atlético lograba enlazar dos o tres pases la jugada tendía a acabar en sus pies para el posterior centro en busca de rematadores. En el caso de Vitolo, el Atlético gana con su presencia en asociación y en juego interior, algo que ya tiene con Griezmann y Koke, pero que aumenta de manera considerable con un jugador tan fiable con el balón en los pies como lo es el canario. Tuvo mucha presencia en el juego y su equipo lo notó.
El Celta empezó con más dudas y tardó alrededor de 20 minutos en empezar a encontrar a su máximo referente ofensivo. Iago Aspas acabó siendo de los mejores de la primera parte pese a estar desaparecido al inicio y fue el gallego el que tendría la mejor ocasión para los suyos. La jugada se inició con un error garrafal de Godín que permitió el robo del balón al borde del área. Al central uruguayo le faltó tensión y a Iago precisión. El ‘9’ recibió el esférico de Maxi Gómez, pero en su intento de colocar la pelota en el palo largo acabó en una oportunidad mandada al limbo.
La mejoría del Celta llegó en la recta final con el Atlético de Madrid falto de chispa a la hora de llevarse rechaces y segundas jugadas. Estaba mucho menos fresco que al inicio el equipo del Cholo y ya no generaba el mismo peligro que tuvo en los primeros compases del partido. Los centros peligrosos al área desaparecieron, pero este Atlético ha vuelto a recuperar la fiabilidad que todo equipo grande tiene. Cuando peor estaba llegó el gol.
El gol de Griezmann llegó en el 43’, es decir, cuatro minutos después de que Iago Aspas tuviese en sus botas el 0-1. Al gallego le faltó paciencia en su disparo mientras que a Griezmann le faltó tomarse un café mientras sentaba a Johny con un regate de chulapo madrileño. En una baldosa, el francés recogió el rechace de un córner y dentro del área pequeña sentó al defensor y puso la pelota en la escuadra. Cuando él frota la lámpara…
Polémica y sentencia
El Celta aún está buscando la explicación para pasar de tener el 1-1 en su mano a acabar el partido siendo goleado por 3-0. Cuatro razones hay para tal resultado: un penalti no pitado, un poste, Griezmann y el oficio atlético. Por orden cronológico pasó todo eso en el Wanda Metropolitano. Se empezó con el penalti de Lucas a Pablo Hernández y se acabó con el tercer gol de Correa pasando antes por el balón al poste de Radoja y el 2-0 de Vitolo. Detalles que marcaron el devenir del encuentro y que sólo sonrieron a los madrileños. Así es el fútbol.
La desesperación gallega se tradujo en diversión rojiblanca a partir del tanto de Correa. Simeone repartió minutos y varió el plan de carga de trabajo a placer con el 3-0, no sin antes ver con mucho optimismo que la sociedad Griezmann-Vitolo empieza a funcionar. El pase del galo y la definición del canario en el segundo gol fueron para enmarcar y el Metropolitano espera que no sea la última vez que ambos se divierten juntos.
Fue una segunda parte placentera para el Atlético de Madrid, que sigue en su mejor momento de la temporada. A Simeone le sale absolutamente todo. Ha recuperado a Griezmann, Koke sigue creciendo, Correa continúa marcando goles y Vitolo se une poco a poco a la causa. Además, los resultados en la Europa League le permiten administrar muy bien a la plantilla. El Cholo ha dado con la tecla.
Ficha técnica:
Atlético de Madrid, 3: Oblak; Vrsaljko, Giménez, Godín, Lucas; Koke, Gabi, Saúl, Vitolo (Correa, m. 59); Griezmann (Gameiro, m. 69) y Diego Costa (Fernando Torres, m. 79).
Celta, 0: Rubén Blanco; Hugo Mallo, Sergi Gómez (Cabral, m. 77), Roncaglia, Jonny; Radoja (Méndez, m. 66), Lobotka, 'Tucu' Hernández, Emre Mor; Iago Aspas (Boyé, m. 72) y Maxi Gómez.
Goles: 1-0, m. 44: Griezmann recoge un balón en el área, regatea a un rival y bate a Rubén Blanco. 2-0, m. 56: Vitolo, a centro de Griezmann. 3-0, m. 64: Correa cruza el balón tras una serie de rechaces.
Árbitro: Alberola Rojas (C. Castellano-manchego). Amonestó al local Saúl (m. 48) y a los visitantes Iago Aspas (m. 49) y Sergio Gómez (m. 50).
Incidencias: partido correspondiente a la vigésima octava jornada de LaLiga Santander, disputado en el estadio Wanda Metropolitano ante 55.076 espectadores.