El Santiago Bernabéu se preparaba para una noche histórica. Después de 73 partidos seguidos logrando al menos un gol, el equipo de Zidane había igualado en Anoeta el récord que el Santos de Pelé logró hace 50 años. El Madrid recibía la visita del Betis con la vuelta al once de Cristiano, Marcelo y Kroos y con la posibilidad de entrar en la historia del fútbol.
Mientras Zidane decidió no rotar y sacar su once de gala, Quique Setién movió algunas piezas para dar oxígeno a su equipo. Hombres vitales como Joaquín, Sergio León o Guardado se quedaron en el banquillo de inicio. Muchos hablaron de que el Betis tiraba el partido. Nada más lejos de la realidad.
El conjunto sevillano salió con el cuchillo entre los dientes. La polémica frase de Zidane en la previa –"no sé exactamente qué plantilla tiene el Betis"– supuso un plus de motivación para un equipo que firmó una primera parte primorosa.
Análisis de Zidane del #Betis en rueda de prensa. Exceptuando lo de "equipo del Sevilla" (?) podría referirse a cualquier equipo del mundo. pic.twitter.com/sDue1NwaZx
— Guille Osuna (@GuilleOsuna30) September 19, 2017
Los de Setién –el técnico cántabro ya dio un recital de fútbol con la Unión Deportiva Las Palmas la temporada pasada en el Santiago Bernabéu– lucieron con y sin balón.
En la segunda parte, la defensa de área de los béticos -liderada por un inmenso Zou Feddal, el jugador que más balones aéreos gana en LaLiga- fue de manual. Supieron sufrir y con los cambios efectuados por Setién, el Betis le ganó la partida de ajedrez al Real Madrid. El gol de Sanabria hacía justicia a un acto de fe de un equipo que ha recuperado la ilusión con la llegada del 'Estratega del Cántabrico' al banquillo.