El calendario para la próxima temporada de competición doméstica ha sido caprichoso y depara a los aficionados un Clásico para el 20 de diciembre en el Santiago Bernabéu. El choque podría ser uno de los últimos antes del parón de Navidad, pero el Real Madrid, unos días antes del transcendental partido, se jugará otro título: el Mundialito de clubes.
Con todo este panorama, surge una duda: ¿podría suceder que el Barcelona hiciese, de nuevo, el pasillo al campeón del Mundo en su propia casa? La imagen que viene al recuerdo es la del conjunto culé, en aquellos años dirigido por Frank Rijkaard, plantado a la salida de la bocana de vestuarios para brindarle un homenaje al campeón de Liga.
Aquella imagen podría volver a repetirse en caso de que el club blanco conquiste, por segundo año consecutivo, el trofeo que lo acreditaría como campeón del Mundo.
Existen un antecedente: el año que el Real Madrid conquistó la tan ansiada Décima, el Valencia, ejerciendo como anfitrión, le hizo el pasillo al equipo merengue. Sin embargo, éste último año, debido a problemas con las fechas, el campeón no pudo recibir su obsequio tras vencer al Kashima en la final.
Pese a todo, muy probablemente el Barça intentará hacer lo posible para evitar que una situación como esa pueda darse.