El Atlético es un experto en las guerras de desgaste, y si alguien duda de ello que se lo pregunten al Espanyol. El equipo de Quique Sánchez Flores hizo una gran primera parte en Cornellá, no inició mal el segundo acto, pero cuando la barra de energía de los dos equipos entró en su zona más crítica, los rojiblancos volvieron a ganar a los golpes.
Al cuadro de Simeone le afectó el choque ante el Leicester y esa falta de frescura traducida en inoperancia y juego gris se compensó con paciencia y oficio. El Atlético esperó a que el Espanyol se hartase de correr y cuando vio a los locales bajar los brazos, Simeone retocó el equipo, movió las fichas y ganó por desgaste y por la bendición de tener en su equipo al escudo, Oblak, y a la espada, Griezmann.
Los partidos duran 90 minutos y el Espanyol no tradujo su mayor dominio en gol lo que provocó el resurgir del Atlético a partir de su solidez. Simeone, como no puede ser de otra manera, contento porque su plan, pese al cansancio y la falta de frescura en ideas y juego, sigue viento en popa a toda vela.
Resistencia rojiblanca, falta de gol catalana
Dos cosas se notaron en la primera parte de Cornellá: la resaca de Leicester y el buen hacer del Espanyol de Quique Sánchez Flores. El equipo local fue mejor que el Atlético de Madrid y sólo le falto el gol para tener el premio que mereció durante los primeros 45 minutos. El centro del campo fue suyo en un 90% y los rojiblancos apenas enlazaron jugadas de peligro.
Pese a que el Espanyol dominaba, jugaba y acumulaba llegadas al área, sería el Atlético el único equipo que obligaría a intervenir al portero contrario. Fue Carrasco el autor del único disparo entre los tres palos en el primer tiempo aunque esa oportunidad sólo fue un espejismo. El Atlético aguantó su falta de fútbol con intensidad y no se puso nervioso sin el balón. Manteniendo la portería a cero no se vieron prisas en el banquillo de Simeone.
Los madrileños fueron inferiores, pero el marcador se mantuvo hasta el descanso y en ese tipo de partidos, donde el local te ataca, pero no te genera peligro, el Atlético se siente como pez en el agua. El objetivo rojiblanco quedó marcado en encontrar una contra o una jugada aislada, sin embargo, sus mejores futbolistas fueron los defensas y eso sólo le garantizó tener el empate en el luminoso.
En el capítulo de jugadas polémicas, el Espanyol reclamó penalti por un despeje de Savic que dio en el brazo de Saúl. El colegiado vio la acción como involuntaria.
Oportunismo, Griezmann y Oblak
Se vio a Quique Sánchez Flores preocupado antes de saltar al terreno de juego en la segunda parte y no era para menos. El técnico del Espanyol sabía que su equipo había dejado vivo al Atlético en los 45 minutos que más iban a evidenciar la resaca visitante tras Leicester. Quique quería haber anotado el 1-0 para desesperar a los atléticos, pero sin ese tanto, la paciencia rojiblanca podía seguir fuerte en su creencia de marcar en alguna opción aislada.
Simeone arrancó el segundo acto quitando a Torres para meter a Thomas. Carrasco adelantó su posición para apoyar a Griezmann y aumentar la velocidad arriba. En defensa brilló Giménez en el lateral derecho ante las ausencias de Juanfran y Vrsaljko.
El Espanyol logró mantener su ritmo y fútbol unos minutos más pasada la hora de juego, pero acabó cayendo en la trampa del Atlético. La entrada de Gameiro por Carrasco fue el segundo movimiento del Cholo que veía a su equipo ganando enteros en cada batalla y en cada balón dividido. El argentino olía la sangre. Cuando el Espanyol perdió el balón terminó de perder el partido.
Ganada la pelota, el Atlético se fue sintiendo más cómodo y sólo miraba hacia atrás para no perder de vista a Baptistao, que entró por Caicedo en la segunda parte. Con los rojiblancos ya en tres cuartos de campo llegaría el tanto de Griezmann. En la guerra de desgaste se necesitan soldados atentos al fallo del rival y ahí es donde suele aparecer el ‘7’. Balón rebotado, Griezmann aprovecha la indecisión de todos y gol. Fácil para él, no para el resto.
Simeone y el banquillo dieron gracias por el gol de Griezmann y casi sin tiempo para darse más de un abrazo cambiaron de héroe. De Francia a Eslovenia. De Antoine a Jan. Oblak salvó el 1-1 justo después del 0-1 tapando como un muro un disparo a quemarropa de Baptistao. El escudo y la espada rojiblanca funcionan cuando se les necesita.
El pitido final dejó al Espanyol con cara de no saber qué había pasado y al Atlético con su semblante habitual de conocer a la perfección cómo había salido bien su plan. A falta de juego, puntos. A falta de frescura, oficio. La solidez colchonera en su máxima expresión se vio en Cornellá.
Ficha técnica:
0 - RCD Espanyol: Diego López; Javi López (Marc Navarro, min.82), David López, Diego Reyes, Aarón; Jurado (Reyes, min.82), Fuego, Víctor Sánchez, Piatti; Gerard Moreno y Caicedo (Baptistao, min.62).
1 - Atlético de Madrid: Oblak; Giménez, Savic, Godín, Filipe; Koke, Gabi, Saúl, Carrasco (Gameiro, min.64); Torres (Thomas, min.46) y Griezmann.
Gol: 0-1, min.73: Griezmann;
Árbitro: Bikandi Garrido (comité vasco). Amonestó a Gabi (min.11), Godín (min.27), Caicedo (min.30), Saúl (min.57) y a Piatti (min.63).
Incidencias: partido correspondiente a la trigésimo tercera jornada de LaLiga Santander disputado en el estadio de Cornellà-El Prat ante 27.777 espectadores.