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El Atlético tiembla tras un nuevo empate ante el Dépor en Riazor (1-1)

El partido quedó marcado por la terrible caída de Torres en un choque con Bergantiños. El Niño, estable, acabó en el hospital. 

Bergantiños y Gabi, pendientes de Torres. | EFE

Lo de menos es el partido que jugaron Deportivo de la Coruña y Atlético de Madrid en Riazor viendo lo que le pasó a Fernando Torres en la recta final del mismo. El susto fue tremendo cuando el Niño cayó al suelo, en un primer momento totalmente KO y posteriormente recuperado tras las atenciones médicas.

El 1-1, independientemente de lo que signifique para Dépor y Atlético, sólo tiene valor porque Fernando Torres está bien y no habrá que recordar este partido nada más y nada menos que por una nueva decepción rojiblanca en tierras gallegas.

El equipo de Simeone sólo tuvo como buena noticia en La Coruña la recuperación de Torres porque todo lo demás, pese al golazo de Griezmann para empatar, le supone quedarse muy lejos de la tercera plaza. Ese puesto parecía un mínimo a principio de temporada y ahora es o parece una quimera. ¿Por qué debe sonreír el Atlético? Porque Torres está bien. Punto final.

Regalo rojiblanco un año más

Muy lejos quedan por momentos aquellas crónicas que hablaban de la regularidad férrea del Atlético a nivel defensivo. Era el elemento común en cualquiera de los partidos que jugase el equipo de Simeone independientemente de la competición o del rival. El Atlético era un muro. Ahora, cada vez con más frecuencia, es un panel lleno de agujeros.

Ante el Deportivo de la Coruña, los rojiblancos decidieron ponerse el disfraz de nazarenos para decirle al cuadro del novato Pepe Mel que se despertasen. Simeone vio de rodillas como su equipo tenía el partido controlado en los primeros diez minutos para posteriormente tirar el trabajo a la basura con un error propio de un equipo que lucha por el descenso y no por la Champions.

Como ya pasase un año antes en Riazor, Giménez fue protagonista en el gol local, pero en esta ocasión fue el miembro del dúo que menos culpa tuvo en el 1-0. Oblak fue el peor amigo del uruguayo en el minuto 13 de partido cuando le mandó un balón asesino a los pies justo cuando Giménez tenía de solapa a Florín Andone. El rumano, siempre con el cuchillo entre los dientes, no falló en el mano a mano.

El gol del Dépor sacó de quicio al Atlético que, irónicamente, tuvo en Filipe y Vrsaljko a sus mejores hombres simultaneados con el mal día general de todo el equipo en defensa. Los laterales brillaron arriba, pero atrás se contagiaron del caos total. El Dépor tuvo muy cerca el 2-0 y los rojiblancos bastante más lejos el 1-1 dejando una muy mala imagen en el primer acto.

Golazo de Griezmann y susto de Torres

La segunda parte en Riazor fue un auténtico caos en el que sólo reinó Antoine Griezmann. Ambos equipos rompieron el partido con su bajo nivel defensivo y sólo la lucha de jugadores como Andone y la clase de Griezmann sacaron del letargo a la hinchada local y visitante.

Los entrenadores se echaban las manos a la cabeza viendo como del 1-0 se podía pasar de la misma manera al 2-0 que al 1-1 y tanto Simeone como Pepe Mel perdieron años de vida corriendo por su zona técnica de un lado a otro.

El partido estaba incontrolable, pero aún así no terminaba de pasar nada a nivel de ocasiones y eso al Dépor le venía a las mil maravillas. El problema para los locales llegó cuando alguien se dio cuenta de que entre tanto silencio y con el mar en calma un pequeño francés empezaba a activarse.

Griezmann fue, otra vez, el destello de luz que iluminó al Atlético y el galo se sacó un disparo lejano espectacular en el 68’ que superó a Lux y colocó el 1-1 en el luminoso. El tanto fue obra del ‘7’, pero no hay que restar importancia al cambio de rumbo que dio el Atlético minutos atrás con las respectivas entradas de Gaitán, Carrasco y Fernando Torres.

Simeone agitó el banquillo a tiempo para revertir la situación aunque sólo Gaitán y Torres dieron respuesta a los rezos del Cholo. Koke y Correa, desaparecidos en combate, no tuvieron motivos para quejarse al ver sus respectivos dorsales para salir del campo. A destacar la falta de eficacia del argentino cuando es titular. De revulsivo, sí, pero de inicio...

El Dépor tuvo opciones de marcar el 2-1, pero se salvó del 1-2 en una gran parada de Lux al Niño. El resto del choque ya quedaría marcado por lo sucedido con Fernando en una caída que heló la sangre de toda persona que presenció los hechos.

Por suerte, y siendo lo único importante, Torres se recuperará de lo sucedido en Riazor, mientras que el Atlético aún tendrá otros problemas que afrontar tras otro pinchazo fuera de casa en el que evidenció su nueva fragilidad defensiva y su falta de convicción en el juego.

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