El Atlético de Madrid ha dejado escapar vivo al Barcelona en tres partidos consecutivos y el Cholo Simeone sabe que así es difícil mantenerse donde otros años habían conseguido hacerlo. El Barça no está bien y eso lo saben sus rivales, que por muchos momentos durante los 90 minutos tienen a los azulgranas en la picota. Aún así, si no rematas te matan y si Messi anda fino en los momentos cruciales te puedes preparar para una noche repasando las ocasiones que mandaste al limbo antes de que apareciese la pegada culé.
En el último choque histórico entre Atlético y Barcelona en el Calderón se vio al cuadro local calcando su segunda parte copera en el Manzanares aunque invirtiendo los tiempos. Si en la Copa del Rey, la segunda parte estuvo plagada de ocasiones rojiblancas, en Liga el acoso colchonero fue desde el inicio y no al final.
Como pasa en las matemáticas, el orden de los factores no altera el producto, pero sí la clasificación ya que Simeone y compañía empiezan a ver más cerca a sus perseguidores que a los equipos situados por delante de ellos. Todo por "ladrar y no morder" cuando debe. En el caso del Barcelona, su pegada le está salvando y ha pasado de ver la Liga a kilómetros de distancia a pasar toda la presión posible al Real Madrid.
Valentía sin eficacia
Sin reservas. Sin miedos. Defendiendo en los momentos necesarios y saliendo a la contra cuando hubo espacios para hacerlo. Tomando riesgos. Sumando ocasiones de cabeza, por banda y con disparos lejanos. Sólo la falta de gol se le puede reprochar al Atlético de Madrid en los primeros 45 minutos de encuentro porque a los golpes fue mucho mejor que el Barcelona, pero sin goles ganar a los más grandes es imposible. Más aún si les dejas vivos en tres partidos consecutivos.
Luis Enrique jugó al despiste en el Vicente Calderón quitando a Jordi Alba y poniendo una defensa de tres centrales con Umtiti, Piqué y Mathieu. El asturiano dejó por delante de la zaga a Busquets, pegó a la línea de cal a Rafinha y a Neymar en bandas y dejó a la pareja Iniesta-Messi la libertad de buscar el peligro por dentro. Suárez, mientras tanto, fijaba a Savic y Godín para abrir aún más huecos por donde entrar.
El Atlético no se amilanó ante el planteamiento de Luis Enrique y Simeone mantuvo su idea haciendo hincapié en varios momentos en poblar el centro del campo para no convertir espacios en páramos desiertos para alegría del Barcelona. Los rojiblancos aguantaron los primeros diez minutos y a partir de ahí dominaron casi la totalidad de la primera parte.
La portería de Ter Stegen sufrió un acoso constante por ambas bandas aunque fue más determinante la formada por Carrasco y Filipe. Ambos generaron mucho peligro en el flanco zurdo, pero el resto de la ofensiva no se quedó atrás. Los fallos del portero del Barcelona también ayudaron a crear el pánico en área catalana, sobre todo gracias Griezmann.
Pese a firmar una primera parte en la que merecieron uno o más goles ante el Barcelona, el equipo azulgrana nunca termina de parecer muerto si tiene vivos y coleando a Neymar y Messi. Entre ambos sacaron partido de los huecos que se abrían si el Atlético no estaba fino en el repliegue y también tuvieron dos o tres claras para marcar. En una lo hicieron, pero el gol de Luis Suárez fue invalidado por falta previa a Oblak.
Messi no perdona
El Atlético de Madrid no fue capaz de mantener el notable nivel que ofreció en el primer acto pese a empezar con fuerza el segundo y en cuanto dejó de asustar el que empezó a hacerlo fue el Barcelona.
Rafinha sería el encargado de abrir el marcador en el minuto 63 haciendo ver a los rojiblancos que goles son amores en el fútbol y pareció tocar la fibra sensible del Atlético ya que en el 70', Godín niveló la contienda con un buen cabezazo tras una falta botada por Koke. Los dos banquillos miraban al suelo porque eran conscientes de haber tenido KO a su rival y no haberle podido rematar o al menos atontar más de la cuenta.
Con Torres y Correa ya en el campo, antes y después del gol de Godín, el Atlético buscó la velocidad y el juego entre líneas, algo que no consiguió ni siquiera cuando Mathieu pidió el cambio y obligó a reestructurar la zaga a Luis Enrique.
El partido parecía muerto y el empate se antojaba como el resultado más justo para la falta de gol de ambos conjuntos, pero a Messi se le da muy bien en el Calderón y quiso anticipar su despedida del estadio con una jugada llena de rechaces, como el primero, aunque con idéntico resultado: el Atlético con la cabeza abajo y pensando en todas las ocasiones marradas en la primera parte.
El Atlético, al menos esta temporada en Liga y ante los grandes, está siendo un "perro ladrador, pero poco mordedor" y el Barcelona todo lo contrario. Esa diferencia pone a cada uno en sitios alejados de la tabla y en el Calderón empiezan a pensar que el último partido en el Manzanares puede llegar en forma de previa de Champions.
Ficha técnica
Atlético de Madrid, 1: Oblak; Vrsaljko, Savic, Godín, Filipe Luis; Koke, Gabi, Saúl, Carrasco (Torres, m.67); Griezmann y Gameiro (Correa, m.72)
FC Barcelona, 2: Ter Stegen; Sergi Roberto (André Gomes, m.84), Piqué, Umtiti, Mathieu (Digne, m.77); Rafinha, Busquets, Iniesta (Rakitic, m.71); Messi, Luis Suárez y Neymar
Goles: 0-1, m.63: Rafinha; 1-1, m.70: Godín; 1-2, m.86: Messi
Árbitro: Mateu Lahoz (Comité valenciano). Mostró tarjeta amarilla a Saúl (m.55), Savic (m.64), Gabi (m.72) y Correa (m.73), del Atlético de Madrid; y a Busquets (m.54), del Barcelona
Incidencias: Partido correspondiente a la vigésimo cuarta jornada de LaLiga Santander 2016/17 disputado en el estadio Vicente Calderón ante 52.573 espectadores. Los jugadores del Barcelona saltaron al campo con una camiseta de ánimo a su compañero Aleix Vidal, lesionado de gravedad