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El Atlético sufre ante Las Palmas para sacar la cabeza del barro (1-0)

Un gol de Saúl cortó la agonía rojiblanca de partidos sin ganar. Los canarios firmaron un gran partido y tuvieron opciones para llevarse el triunfo.

Un gol de Saúl cortó la agonía rojiblanca de partidos sin ganar. Los canarios firmaron un gran partido y tuvieron opciones para llevarse el triunfo.
Saúl fue el salvador del Atlético | EFE

"Pulgada a pulgada", decía Al Pacino en la película ‘Un domingo cualquiera’ en la cual hacía el papel de un entrenador que tenía que recuperar a su equipo de la lenta agonía que les consumía en plena crisis de identidad. Salvando las distancias con el "partido a partido" de Simeone, el lema del actor que más partido sacó de la expresión ‘Padrino’ puede encajar a la perfección con este Atlético de Madrid ya que, cuando una crisis te ahoga, en un partido hay miles de batallas que si no se ganan pueden hundirte más en el barro.

Ante Las Palmas, el Atlético tuvo más fortuna a la hora de ganar las pulgadas necesarias para vencer, pero estuvo muy cerca de que la suerte pusiese rumbo a Canarias. El Calderón empieza a ver que si quiere a su equipo ganador de vuelta tendrá que tener paciencia porque el equipo de Simeone ha vuelto al origen. El pasado cuenta poco en el fútbol y todos o casi todos han empezado de cero. Los resultados exigirán sin esperar a ver al mejor Koke o al mejor Griezmann y mientras aparecen mejor ir ganando aunque sea con sufrimiento para evitar males mayores.

Salida en tromba y fantasmas

Cuando un equipo llega en crisis y juega ante su público suele tener un primer margen de veinte minutos para poner por delante su rabia y pagar los platos rotos con el visitante. Pasado ese tiempo, si no hay goles, los miedos y las dudas que genera una mala racha de resultados empiezan a reaparecer dando alas al rival. Ese fue el guión del primer acto entre Atlético de Madrid y Las Palmas.

Simeone mandó orden desde el inicio de calentar el choque buscando ese gol rápido que pudiese sostener al equipo en caso de que Las Palmas impusiese su juego de toque. Quique Setién ordenó todo lo contrario: enfriar todo lo posible el duelo en los minutos iniciales y generar incertidumbre con el Calderón como juez de lujo. En los primeros veinte minutos, la verticalidad del Atlético se sumó a los errores en la salida de balón de los canarios y el 1-0 estuvo muy cerca de lucir en el luminoso.

Con Saúl haciendo de Tiago en el doble pivote, el Atlético de Madrid basó su juego en la velocidad de Griezmann, Carrasco y Gameiro. Sería éste último el que tendría en sus botas la mayoría de acciones locales de peligro. Su candidez en la pegada, algo que muchos le achacan pese a su calidad, mantuvo la sequía goleadora en el primer tiempo y la suya personal durante todo el encuentro.

Los rojiblancos salieron enchufados, continuaron entonados, pero al llegar a los 25 minutos de juego volvieron los fantasmas. Las Palmas se fue haciendo con el balón y pese a no generar oportunidades claras en un principio logró desestabilizar lo justo al Atlético como para convertir cada jugada local en un mar de dudas. El Calderón fue desesperándose con el devenir de los minutos y con él, los jugadores. A punto estuvo el cuadro canario de detonar la olla a presión con varias acciones. La más destacada un disparo de Lemos al larguero que enmudeció al Manzanares.

Mejor llamar a Saúl

La reanudación no trajo la misma salida vertiginosa del Atlético que la vista al inicio del duelo, pero sí ofreció la mejor versión de Las Palmas. El cuadro amarillo se hizo dueño y señor del balón y fue minando la moral rojiblanca hasta acabar rozando el 0-1 varias veces. Moyá tuvo que aparecer para no añadir a la ecuación el espectro de Oblak, pero la situación se tornaba límite en cada acción canaria.

Las sensaciones agobiaron al Atlético que empezó a sacar las manos del barro para encontrar algo a lo que agarrarse de forma desesperada y lo que encontró fue a Saúl. Al canterano colchonero se le estaba exigiendo ya que volviese a recordar al del curso pasado y cuando más lo necesitaba el equipo ahí estuvo Ñíguez. Poco después del posible 0-1 de Las Palmas llegó el 1-0 del Atlético con un gran zurdazo colocado del ‘8’ llegando desde la segunda línea. Golpe en el pecho, golpe en el escudo que la afición del Calderón se encargó de recordar al palco y cabeza fuera del fango.

Sufrir para ganar

Lejos de venirse arriba con el gol, el Atlético aunque mejoró estuvo lejos de sentenciar el choque. No están los madrileños, al menos por el momento y con Koke y Griezmann aún en estado de letargo, como para solventar los encuentros con comodidad. Esa "pulgada a pulgada" que ha vuelto a devolverles a la realidad fue más importante que nunca para ganar sufriendo.

Torres, Gaitán y Thomas fueron los movimientos del Cholo mientras la afición sólo encontraba algo de respiro viendo el desborde y la capacidad física de Vrsaljko para estirar el campo ante la presión rival. Las Palmas sabía que las crisis suelen hacer crecer los enanos de los equipos y lo intentó hasta el final buscando el empate y completando un gran encuentro a domicilio. Por desgracia para ellos y suerte para el Atlético, nunca apareció el 1-1.

El Atlético de Madrid ha vuelto, pero no el que ha deslumbrado durante los últimos años sino el que tuvo que pelear cada jugada sufriendo de lo lindo para llegar a ser el que fue después. Toca resistir los envites del posible fin de ciclo y mientras se haga ganando, Simeone y los suyos tendrán opciones de encontrar el remedio a todos sus males.

Ficha técnica:

Atlético de Madrid, 1: Moyá; Vrsaljko, Savic, Godín, Lucas; Koke, Saúl, Gabi, Carrasco (Fernando Torres, m.76); Griezmann (Thomas, m.89) y Gameiro (Gaitán, m.83).

Las Palmas, 0: Javi Varas; Míchel Macedo, Lemos, Bigas, Helder Lopes (Dani Castellano, m.83); Vicente Gómez (Tana, m.83); El Zhar, Montoro, Roque Mesa, Jonathan Viera; y Livaja.

Gol: 1-0, m.59: Saúl Ñíguez.

Árbitro: Mario Melero (C. Andaluz). Amonestó a los locales Saúl (m. 42) y Carrasco (m. 72), y al visitante Roque Mesa (m. 56).

Incidencias: partido correspondiente a la decimosexta jornada de LaLiga Santander, disputado en el estadio Vicente Calderón ante unos 45.000 espectadores.

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