La falta de acierto de cara al gol dejó al Villarreal sin una victoria que mereció tras una muy buena segunda parte, ante un Sevilla decepcionante, que no mostró el afán ofensivo de la primera jornada y tuvo en el meta Sergio Rico a su mejor jugador.
Seria primera parte la que jugaron Villarreal y Sevilla, con más intención que peligro de verdad. Salió el Villarreal con ganas y buscando forzar el error del Sevilla, que quería salir jugando desde su propia área. Esa presión obligaba a los andaluces a buscar balones largos y a la espalda de la defensa local, con lo que generaban peligro. Aunque la más clara la tuvo Roberto Soriano a los siete minutos, pero su disparo desde la frontal del área lo paraba bien Sergio Rico.
Contestaba Vietto que forzaba a Asenjo en un balón dividido, cuando se plantaba solo ante el portero amarillo. A partir de los diez minutos las cosas se equilibraron y el Villarreal manejaba el partido con tranquilidad, es más llegaba de vez en cuando con peligro. El Sevilla lo hacía llegando por las bandas, con centros que desbarataba el portero del Villarreal con facilidad. A la media hora, aumentaron los problemas para los amarillos por una lesión de Pato, que les dejaba sin el que sin duda es su delantero más desequilibrante.
Salió el colombiano Santos Borré, que tuvo tiempo de que le anularan un gol por remachar un balón en línea de gol y en posición adelantada. En esa recta final de la primera parte fue el Sevilla el que estaba más cómodo con el balón, llegando al área fácil, pero sin remate. Por su parte los de Escribá se refugiaban a la espera de encontrar espacios a la contra, aunque no llegaron a fabricarlas.
La segunda parte se esperaba más movida y con dos equipos buscando el gol de la victoria, desde el primer minuto. Y la primera opción la tuvo Bruno que a los cinco minutos mandaba fuera una falta que pintaba peligrosa, para un lanzador como él. Llegaba el Villarreal pero lo hacía acelerado, ante un Sevilla que dejaba espacios en su afán de buscar el área. En una de esas remató Santos Borré a los once minutos un balón que sacaba como podía Sergio Rico, cuando se cantaba el gol. Pasaban por ser los mejores minutos de los locales, que rondaban el área con peligro, pero sin acierto. Hasta tres remates desde la frontal del área, a los que se sumaba el remate de Trigueros a los quince minutos que acababa en la misma escuadra, cuando se cantaba el gol.
Los castellonenses perdonaban en diez minutos de llegadas y buen juego, pero acusando las ausencia de sus delanteros titulares. Intentaba el Sevilla recuperar el pulso con el control del balón, lo que obligaba al Villarreal a bajar el ritmo que tenía a los veinte minutos. Peor llegaba a los veinte minutos otra de las ocasiones claras del partido, pero el disparo cruzado de Santos Borré era despejado por Rico en una gran parada. Se acumulaban las llegadas a los locales y de forma reiterada, pero los de Escribá seguían sin acertar con el gol. Se desesperaban los aficionados que veían que lo justo era ir por delante, pero seguían con la igualada.
El partido entraba en la recta final con los dos equipos cansados y con todo en el aire, aunque con el Sevilla con un punto más de fuerza. Y fueron los andaluces los que la tuvieron en el último minuto la opción de ganar el partido, pero tras un remate al palo y con Asenjo batido, Del Cerro Grande pitaba peligro. Así se acababa un partido en el que solo la falta de acierto impidió la victoria local.
Ficha técnica
Villarreal, 0: Asenjo; Mario, Musacchio, Víctor Ruiz, Jaume Costa; Bruno, Trigueros (N'Diaye, min 89), Castillejo, Roberto Soriano; Sansone (Cantalapiedra, min.86) y Pato (Santos Borré, min.30)
Sevilla, 0: Sergio Rico; Mariano, Nico Pareja (Mercado, min. 83), Rami, Kolodzlejczak; N'Zonzi, Franco Vázquez (Iborra, min.77), Sarabia; Kiyotake (Ben Yedder, min.61), Vitolo y Vietto
Árbitro: Del Cerro Grande (Colegio madrileño). Tarjetas amarillas para el local Roberto Soriano y para los visitantes Kolodzlejczak, Vitolo y Sarabia
Incidencias: Segunda jornada del campeonato de Liga, con 18.740 espectadores en las gradas del Madrigal y un centenar de aficionados visitantes