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La venganza que Iago Aspas sirve en plato frío

Iago Aspas aniquiló al Granada con dos tantos que dejan a los andaluces muy tocados y cerca del descenso. Aspas cerró cuentas pendientes.

Iago Aspas aniquiló al Granada con dos tantos que dejan a los andaluces muy tocados y cerca del descenso. Aspas cerró cuentas pendientes.
Carteles que se repartieron por Granada poniendo precio a la cabeza de Iago Aspas | Twitter

Dicen que la venganza se sirve en plato frío. Iago Aspas cumplió su particular vendetta contra el Granada este lunes, cinco años después de vivir su peor noche como profesional.

Corría junio de 2011. Celta y Granada se jugaban la presencia en la final del play-off por el ascenso a primera división. En el partido de ida disputado en Balaídos, un gol de Michu daba ventaja (1-0) al conjunto celeste. La vuelta se disputaba en Los Cármenes, estadio del Granada, siete días después. Durante la semana, parte de la plantilla, club y afición granadina calientan el partido.

Iago Aspas, que tuvo un encontronazo con el entonces portero rojiblanco Roberto, es el foco de las iras. La afición del Granada no le perdona al de Moaña un lance del juego en el que su bota impactó con el rostro de Roberto, provocándole al portero gallego un hematoma en el ojo izquierdo.

Con un ambiente enrarecido, los ánimos estaban muy encendidos. El partido de vuelta se convierte en una auténtica batalla. Un grupo de aficionados del conjunto andaluz legó incluso a desplazarse al aeropuerto de la ciudad para brindarle a la plantilla del Celta un recibimiento hostil. En la diana había un nombre: Iago Aspas. Los seguidores rojiblancos portaban unos carteles en los que aparecía una fotografía del moañés y, al más puro estilo de las películas del oeste, ponen precio a su cabeza: "Wanted. Dead or alive. Reward 100.000$" -"Se busca. Vivo o muerto. Recompensa de 100.000 dólares"-.

A su llegada al estadio de Los Cármenes, el autobús céltico es apedreado. La semifinal se la termina llevando el Granada en la tanda de penaltis tras ganar 1-0 en la vuelta. Un desenlace de temporada cruel, propio de un guión Tarantiniano, para un equipo que durante muchos meses lideró la clasificación.

Cinco años después, Aspas, que perdona pero no olvida el infierno que vivió aquel 11 de junio en Granada -a la decepción como profesional por el fallido ascenso, se unía la pena al recorrer por sus venas pura sangre celeste y el mal trago que le hizo pasar la afición rival antes, durante y después del encuentro- ejecutó su particular venganza.

Al ex de Sevilla y Liverpool se le vio hipermotivado durante el partido que este lunes enfrentó a ambos equipos en Balaídos y que terminó con la victoria de los de Berizzo por 2-1. Una motivación extra recorría el habitual menudo cuerpo eléctrico de un Iago -ya de por sí todo carácter, corazón e intensidad-, que fue el gran protagonista del partido.

Aspas celebra el segundo gol con Cabral

Dos goles suyos hacen soñar a su equipo con la cuarta plaza -se sitúan a cuatro puntos del Villarreal- y hunden a un Granada que se queda a un punto de los puestos que te llevan directo al infierno. ¿Justicia poética?

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