Perdidos en mitad de la tormenta, sin brújula, sin un capitán respetado, el barco naufragaba. No había ningún indicio que atisbara un final feliz. Llegó el mes de enero y un francés, cuyo nombre recuerda días gloriosos, cogió el timón y se puso a remar. Todos los demás vieron en él la esperanza de encontrar tierra y poder salvarse. Y así, entre todos, siguen empujando día tras día para quien sabe, si a celebrar con champan una heroicidad o para morir en la orilla. Quizá sea lo segundo pero nunca habrá que olvidar aquel 4 de enero, cuando ese francés, apellidado Zidane, se puso al frente de una plantilla que estaba desestructurada, dividida y sin confianza. Cuatro meses después y a falta de tres jornadas para el final, son líderes aunque sea sólo cuestión de horas. Y en Vallecas tuvieron otra ocasión ideal para rendirse. Pero no lo hicieron.
La victoria del Real Madrid ante el Rayo es de aquellas que se recuerdan si al final se logra el título. Como aquellas del Madrid de Capelllo cuando remontó ante Espanyol o Recreativo de Huelva. "¿Te acuerdas de cómo el Madrid levantó ese 2 a 0 ante el Rayo?", se comentará dentro de unos años si el Madrid gana esta liga. Y es que los tres puntos que han sumado los blancos tienen mucho mérito. Mérito basado más en el carácter, lucha, garra, orgullo, físico, que de fútbol donde el Madrid sólo fue superior al Rayo en la segunda parte.
Fue una remontada de fe y construida evidentemente gracias a la calidad de sus jugadores. Sobre todo en uno, en Gareth Bale. Fue ese futbolista determinante, cuyo fútbol y físico está por encima del resto. Por partidos como este, no es descabellado pensar que tiene el reto de hacer olvidad a Ronaldo. Hoy lo consiguió y podría hacerlo en los próximos años si las lesiones se lo permiten. A los dos minutos ya había estrellado un disparo en el poste de Juan Carlos. Sus compañeros le buscaban descaradamente pero su tremendo partido no comenzaría a tener su recompensa hasta el minuto 34.
Salió bien el Real Madrid. Zidane apostó por Kovacic, Kroos e Isco en el centro del campo. El alemán por delante de la defensa y el croata y el español de interiores. Sin embargo, todo empezó a complicarse por el lado más débil en defensa. Por donde juega Danilo. ¿Alguien recuerda un extremo que perdiera un duelo ante el brasileño? Bebe se une a una larga lista de jugadores que han retratado a Danilo en defensa. A los seis minutos le dejó en el suelo y con un pase de la muerte dejo el tanto en bandeja a Embarba. Primer palo para el Real Madrid.
A los quince minutos, córner a favor del Rayo. Varane gana su duelo ante Amaya pero tiene la mala fortuna de que el rechace golpea en la cabeza del defensa del Rayo, la pelota se queda muerta para que Miku fusilara a placer a Keylor Navas que nada pudo hacer. Segundo palo para el Real Madrid. El tercero llegaría al borde del descanso con la lesión de Benzema. Aun así, el Madrid se levantaría de cada uno de ellos para pelear "hasta el final", como suele cantar su afición.
Sin Benzema, sin Ronaldo y con dos a cero en contra, era el momento de que alguien tomara la responsabilidad. Y así lo hizo Bale. En el minuto 34, con un formidable remate de cabeza en un córner, se comenzó a cimentar la remontada. El segundo paso llegó desde el banquillo con la salida certera de Lúcas Vázquez. ¿Se puede decir algo negativo de él? Por qué no juega más es un misterio y hasta que lo resolvamos, Lúcas sigue metiéndose a todos en el bolsillo.
Lo único que le faltaba era marcar también de cabeza. Mide 1,73 pero saltó con la seguridad de un tipo que mide 2 metros y con la precisión de un especialista. Su tanto a los seis minutos de la reanudación fue clave en la remontada. El gol saldrá en las repeticiones pero hay que quedarse con todo lo que hace. ¿Está en estado de gracia o siempre ha sido así de bueno? Entre otras cosas, ha pasado como un obús a James y Jesé Rodríguez que no estuvo bien en la izquierda, su posición, ni tampoco de delantero cuando falló un mano a mano clarísimo con 2 a 2 en el marcador.
Tras el tanto de Lúcas, el Real Madrid empezó a sentirse más cómodo. La gasolina del Rayo se estaba agotando. Sólo un excelente Trashorras ponía algo de cordura en su equipo, que con el paso de los minutos se iba partiendo como tantas veces hace. Zidane quitó a Jesé para meter a Modric y pese a que el croata estuvo más negativo que positivo, la tendencia era ya muy favorable al Real Madrid. Isco entendió mejor que no debía conducir tanto y con espacios apareció de nuevo Bale. Embarba tiene un error de bulto al regalarle la pelota y un sprtint entre Amaya, 37 años, y Bale, no había dudas de quien era el caballo ganador. Sprint, disparo fuerte y el 3 a 2 definitivo.
El Madrid sigue en la pelea pero la victoria no debería ocultar los muchos errores que deben corregir ante el Manchester City. Una defensa tan blanda ante el Rayo, supuso ponerse 2 a 0 e incluso que tuvieran una opción de empatar el partido en el último minuto. Ante los ingleses, con Agüero y De Bruyne, puede ser determinante. Los ingleses harán bien en presionar la salida del balón del Real Madrid. El Rayo Vallecano le exigió una salida complicada y ahí desnudaron alguna carencia en el equipo de Zidane cuando Isco y Kovacic se perdían en la lejanía y no ayudaban. Bale, Lúcas y físico. Estos fueron los tres pilares en los que se construyó la victoria del Real Madrid ante el Rayo.
Ficha técnica:
Rayo Vallecano, 2: Juan Carlos; Quini, Crespo, Amaya, Tito (Rat, m.77); Embarba, Trashorras, Jozabed (Iturra, m.53), Bebé; Pablo Hernández (Javi Guerra, m.53); y Miku.
Real Madrid, 3: Keylor Navas; Danilo, Pepe, Varane, Marcelo; Kovacic (James, m.77), Kroos, Isco; Bale, Jesé (Modric, m.62) y Benzema (Lucas Vázquez, m.42).
Goles: 1-0, M.7: Embarba; 2-0, M.13: Miku; 2-1, M.35: Bale; 2-2, M.51: Lucas Vázquez; 2-3, M.80: Bale.
Árbitro: Alejandro José Hernández Hernández (C.Las Palmas). Amonestó a Jozabed (m.53), Crespo (62), Iturra (66), Trashorras (72), Amaya (75) y Rat (82), del Rayo; y a Kovacic (65), del Real Madrid.
Incidencias: encuentro correspondiente a la trigésimo quinta jornada de la Liga BBVA, disputado en el estadio de Vallecas (Madrid), ante 13.314 espectadores.