"El Atlético tiene resistencia a ganar", dijo el profe Ortega el año que los rojiblancos salieron campeones de Liga. Y dos cursos después está volviendo a pasar. El equipo de Diego Simeone ha llegado al tramo final de la temporada como un tiro y tiene a hombres como Fernando Torres viviendo una segunda juventud.
En principio poco más se puede pedir, pero no estará de acuerdo con eso el Cholo, que ve semana a semana cómo la maldición de los centrales le persigue. En Bilbao cayó Godín -veremos el tiempo de baja-, y Giménez aún no está preparado; es decir, el Atlético juega ahora mismo con el tercer y cuarto central. Lo bueno para los rojiblancos es que el equipo, con mayúsculas, no se resiente, y en San Mamés, Savic y Lucas parecieron veteranos de guerra.
El Atlético no baja el ritmo, de hecho lo está subiendo, y no falló donde muchos le daba por muerto. Sin Aduriz y sin Laporte, el Athletic se vio incapaz de parar a un conjunto que no deja de creer y lo hace "final a final".
Con Torres sí hay paraíso
Primera parte con dos sensaciones bien diferentes para el Atlético de Madrid. La afición rojiblanca contendrá la respiración hasta conocer el alcance exacto de la lesión que dejó KO a Godín nada más comenzar el choque. Mano atrás del uruguayo, cambio por Lucas y pensamientos puestos en la Liga y en la Champions ante el Bayern.
La segunda sensación fue mucho más agradable y lo mejor de todo, se está volviendo habitual en cada jornada liguera. Cinco partidos consecutivos lleva Fernando Torres marcando en Liga y el equipo está agradeciendo lo que el Niño le está dando en el momento más importante.
No sólo Torres está materializando sus ocasiones sino que el equipo ya se ha acostumbrado a buscarle en cada ataque. El Atlético ya tiene el 9 que tanto tiempo estuvo buscando, alguno se fue a China por el camino, y tiene asistentes que forman la ecuación perfecta.
En el 0-1 que dio los tres puntos a los rojiblancos fue Griezmann el que buscó a Fernando Torres con un centro medido para que el ariete de Fuenlabrada anotase el gol de la victoria con un gran cabezazo. No sólo Koke le sirve balones a Torres, también lo hace Griezmann, el cual aporta los suyos a su vez. El Atlético tuvo una época en la que echó mucho de menos los goles, pero ahora tiene las armas necesarias para no volver a acordarse de aquellos momentos.
El 0-1 ya estaba en el bolsillo y el 0-2 estuvo muy cerca de hacerse realidad con una jugada que pudo generar mucha controversia. Algunos, sobre todo a posteriori, no se mostraron tan disgustados al ver que el palo derecho de la portería de Iraizoz evitaba un gol de Thomas. ¿La razón? El portero estaba en el suelo y el centrocampista rojiblanco, que no pareció ver al guardameta inoperante, disparó aprovechando el vacío en la portería. No fue gol y el marcador no se vio influenciado. Los dos equipos acabaron contentos.
La batalla se iba al descanso con todo por decidir y sólo la cara de angustia de Godín en el banquillo hacía torcer el gesto a los atléticos.
Defensa y solidez
En la segunda parte, el Athletic, que anheló la presencia de San Aduriz en la punta de su ataque, sí logró cercar la portería de Oblak. El problema para el equipo de Valverde es que aparte de Godín y Giménez, el conjunto de Simeone tiene centrales para regalar. Soberbio el partido de Savic en el juego aéreo e impecable la participación de Lucas en otro partido más para ganar experiencia.
A la defensa atlética se sumó el despliegue físico de Koke, Saúl y Augusto. Kilómetros y más kilómetros para no dar un balón por perdido y ayudar al equipo a bajar al barro porque es ahí donde se jugó la segunda parte.
No fue un partido vistoso, no hubo más de dos o tres ocasiones por equipo, pero la intensidad no bajó en ningún momento.
La entrada de Iñaki Williams le dio al Athletic más velocidad arriba para buscar el empate aunque nunca terminó de romper el muro madrileño. El sistema de ayudas del Atlético, digno de la mejor ONG del mundo, no cedió y cuando lo hizo obligó a los atacantes rivales a rematar en situaciones imposibles. Sólo Beñat logró intimidar a Oblak en un disparo al borde del área.
Mención aparte merece el portero esloveno, un cerrojo en toda regla y una tila constante para sus compañeros. Simeone no quiso que el partido se decantase únicamente para el lado ofensivo bilbaíno y puso en el campo a su arma más rápida para el contragolpe. Con Griezmann sacrificado en tareas defensivas, Carrasco entró al campo por Thomas para sentenciar en alguna jugada aislada y tuvo dos ocasiones para hacerlo. No estuvo acertado el belga y San Mamés apretó para buscar un 1-1 que no llegó a aparecer en el luminoso.
Ficha técnica
Athletic Club, 0: Iraizoz; De Marcos, Bóveda, Etxeita (Iturraspe, m.65), Balenziaga; De Marcos, Beñat; Susaeta (Lekue, m.72), Raúl García, Muniain (Williams, m.59); y Viguera
Atlético de Madrid, 1: Oblak; Juanfran, Savic, Godín (Lucas Hernández, m.11), Filipe Luis; Thomas (Carrasco, m.61), Augusto, Koke, Saúl; Griezmann y Fernando Torres.
Goles: 0-1, m.38: Fernando Torres
Árbitro: Martínez Munuera (Valenciano). Sin amonestados
Incidencias: Partido correspondiente a la trigésimo cuarta jornada de la Liga BBVA, disputado en San Mamés ante 44.474 espectadores, dato de la Liga de Fútbol Profesional (LFP)