La mejor manera de pedir disculpas en el mundo del fútbol es sobreponerse a un error pasado con una gran actuación en el partido más inmediato. Si eres delantero, lo ideal es marcar y eso es lo que hizo Fernando Torres para el Atlético de Madrid. No había nada que perdonarle tras lo sucedido en el Camp Nou, su afición le adora, pero el ‘Niño’ se sentía culpable de dejar a su equipo con diez y en Cornellá se sacó la espina de su última visita a Barcelona.
Un gol en el momento más delicado, la participación en la jugada del segundo y el pase en el tercero son suficientes méritos como para considerarle el mejor del encuentro ante el Espanyol. La parte positiva es que sigue en racha, su equipo se mantiene segundo y la Liga no se tira. Lo negativo será la sensación de melancolía rojiblanca por no tenerle en el desenlace Champions.
Torres, intratable
Cornellá siempre se la ha dado mal al Atlético de Madrid. Hasta este último partido, los rojiblancos sólo habían ganado una vez en la nueva casa perica y en algún tramo de la primera parte los fantasmas pasados empezaron a asomar en las cabezas de los jugadores del Cholo.
Pese a tener el partido controlado durante la mayoría del tiempo y con el Espanyol totalmente perdido a la hora de atacar, el Atlético cometió un fallo en una de sus mejores suertes, las jugadas a balón parado. El cuadro de Galca apenas se había acercado a la portería de Oblak cuando apareció Diop en un balón parado para adelantarse a Juanfran y poner por delante a los suyos.
La cara de Simeone, un poema. Si marcan que sea de jugada normal, pero no en cosas que dominamos, pensaría el Cholo. Antes del 1-0, el Atlético había tenido más y mejores ocasiones, sobre todo una de Torres a larguero y algún que otro acercamiento de Carrasco, pero faltaba pegada. ¿Y quién pone la efectividad actualmente en el Atlético? El que decían que la tenía perdida: Fernando ‘nuevo contrato’ Torres.
El ‘9’ se ha ganado su continuidad como rojiblanco y en Barcelona volvió a ser decisivo, pero esta vez sólo para bien. Un majestuoso pase de Koke dejó al ariete madrileño en una posición perfecta para controlar con el pecho y fusilar a Pau en el minuto 35. Marcó ocho minutos después del gol de Diop. Cuando más lo necesitaba el Atlético. Simeone le pidió goles y puntos para el equipo y la respuesta ha sido la esperada por el argentino.
En la segunda parte, más de lo mismo. El Atlético fue muy superior a su rival merced a un centro del campo que se impuso al de su oponente con un gran despliegue de Augusto. El ex del Celta robó y robó para volver a robar y distribuir en dirección a los jugadores que tenían que generar más peligro, como Koke, Griezmann y Torres. Precisamente así llegaría el gol de la remontada. Combinación entre los cuatro futbolistas, uno-dos precioso de Koke y tanto de Antoine. Golazo con mayúsculas y tanto merecido.
Inoperancia local y sentencia
Lejos de venirse arriba, el Espanyol adoleció de mordiente cuando estuvo por delante, con empate a uno en el marcador y perdiendo. No hubo soluciones en el equipo de Galca que jugó a lo que quería el Atlético. El Cholo fue moviendo el banquillo y dio entrada a Thomas para potencia la medular y Correa para el juego entre líneas. Caicedo y Syllas fueron los movimientos de un Galca desesperado.
Sin trabajo para Oblak, los visitantes se mantuvieron tranquilos y cómodos con el 1-2 y ampliaron la renta con un intercambio de papeles entre Torres y Koke. Cambio de rol del 1-1 al 1-3. El ‘9’ dio el pase y el ‘6’ lo convirtió en gol con un buen cabezazo en el primer palo. Fin del partido y partido trampa pasado con nota.
El Atlético de Madrid, que no hizo rotaciones en Cornellá, recupera la segunda plaza, resiste la presión del Madrid y no pierde de vista al Barcelona. No lo hace ni en la Liga ni mucho menos en la Champions, donde le espera el próximo miércoles.