El fútbol del Atlético de Madrid no gustará a los aficionados ajenos al club rojiblanco pero es el idóneo para enfrentarse al Real Madrid. Ni con la final de la Champions lograda en Lisboa los blancos pueden afrontar un derbi sin complejos. Una psicosis que se basa en un número, el cero que es habitual en los marcadores de los equipos que se enfrentan al Atlético de Madrid. Un dígito que representa todo lo que ha construido Simeone. Un equipo sin fisuras que ha encajado 11 goles en todo el campeonato de liga, cuatro de ellos ante el Barcelona. Es un muro para todos los equipos y para el Madrid es además un muro psicológico.
Da igual quien esté en el banquillo. Sea Zidane, Benítez, Ancelotti o sus antecesores. Desde que llegó Simeone, el Madrid no encuentra un plan para meter mano al Atético. Es una tendencia que, con la idea que planteó Zidane, era difícil que cambiase. El técnico francés quiso jugar "con nuestro estilo" y eso no implicaba ninguna novedad que pusiera en jaque a Simeone que siempre vio cómo el partido estaba en donde él quería.
El escenario no difirió en nada al de los últimos derbis salvo por los cánticos de la afición pidiendo la dimisión de Florentino Pérez. El Atlético de Madrid con dos líneas de cuatro, a veces metidos en su área, y dos delanteros esperando a un contraataque casi siempre efectivo. Todo lo contrario del ataque del Madrid. De una banda a otra esperando una solución que nunca llegaría mediante centros, por desborde o con una sencilla pared. Ataques repetitivos, previsibles y pan comido para el sistema de coberturas del Atlético. Con este panorama en el que ningún jugador blanco destacó, la afición no pudo venirse arriba hasta la media hora de juego cuando el Madrid tuvo la primera ocasión importante con un lanzamiento de falta de Ronaldo y el posterior rechace fallido de Benzema. El Madrid dominaba pero sin autoridad. Sin el convencimiento de cómo podían hacer daño. No transmitían nada. Menos que ante el Málaga. "Una cuestión física y mental", comentó Zidane.
El Atlético no había tenido ninguna ocasión, pero no estaban notando nada el haber jugado el miércoles en Holanda. Confiaban en el plan y al borde del descanso se vislumbró que tenía sentido porque el Madrid tiene grietas en defensa. Cuando el equipo blanco se atrevió a presionar arriba, cinco pases al primer toque del Atlético provocaron que Keylor Navas tuviera que sacar una gran mano ante Griezmann.
El Real Madrid necesitaba cambiar muchas cosas para pensar en una victoria merecida y no fruto de una jugada esporádica. James no daba pie con bola, Ronaldo estaba igual de perdido que Benzema, Kroos y Modric sólo veían pases a los costados, Danilo era un flan en defensa etc. El único cambio al descanso fue el de Benzema por Borja Mayoral. Hombre por hombre y sin variación táctica. El canterano fue de lo más destacado en el Madrid por el simple hecho de correr en cada acción. Isco y James se marcharon pitados. Entraron Jesé y Lucas pero, ni abriendo el campo, podían con Filipe y Juanfran, inteligentes a la hora de escoger las pocas ocasiones en las que atacar.
Así en el minuto 53, viendo el espacio que había en la banda derecha del Real Madrid, Filipe Luis subió para apoyar a Griezmann que ya se había marchado de tres rivales. El francés pudo disparar pero inteligentemente esperó la subida del brasileño para hacer una pared que acabaría en el tanto del principito. Un tanto que no hacía justicia pero que se veía venir ante los espacios que dejaba un Real Madrid más nervioso con el paso de los minutos.
Zidane no tenía un esquema, los jugadores están mentalmente tocados ante el Atlético y con el 0 a 1 y un estadio pidiendo la dimisión del presidente, es difícil pensar en una remontada. Salvo por un remate de Ronaldo y posible penalti de Gabi sobre Danilo, el Madrid no tuvo alternativas. Fue incluso el Atlético de Madrid quien tuvo otra vez la ocasión más clara cuando, en el minuto 75, Keylor Navas salvaba con una gran salida la picada de Saúl. En Valdebebas le quitaban las botas, la comida o lo que fuera y en el Atlético de Madrid es ahora el jugador clave. Presiona, defiende, tiene calidad con la pelota y gol.
Y esta es la realidad del Real Madrid y del Atlético. Los rojiblancos siguen siendo el mismo equipo desde que llegó Simeone. Difíciles de ganar, con un alma competitiva impresionante. No negocian ni con la liga sentenciada. La del Madrid es la de los últimos ocho años. Tiempo en el que sólo han ganado una Liga, la de Mourinho. Sin aspiraciones en la competición doméstica en febrero, eliminados de la Copa del rey, al Madrid le toca intentar salva la temporada en la Champions y para ello Zidane tendrá que tomar decisiones deportivas importantes. La Liga se puede hacer muy larga y más de un aficionado puede acabar con problemas auditivos con la megafonía y el himno al máximo volumen al término de cada partido.
Ficha técnica:
Real Madrid, 0: Keylor Navas; Danilo, Varane, Sergio Ramos, Carvajal; Kroos, Modric, Isco (Jesé, m.70); James (Lucas Vázquez, m.57), Cristiano Ronaldo y Benzema (Borja Mayoral, m.46).
Atlético de Madrid, 1: Oblak; Juanfran, Giménez, Godín, Filipe; Augusto Fernández (Kranevitter, m.77); Griezmann, Gabi, Saúl, Koke; y Fernando Torres (Correa, m.81).
Goles: 0-1, m.53: Griezmann.
Árbitro: Clos Gómez (colegio aragonés). Amonestó a Lucas Vázquez (62), Carvajal (90) y Ramos (90) por el Real Madrid; y a Godín (31), Filipe (37), Giménez (73) y Correa (90) por el Atlético de Madrid.
Incidencias: encuentro de la 26a jornada de la Liga BBVA, disputado en el estadio Santiago Bernabéu ante 79.436 espectadores.