Si algo se le pedía al Atlético de Madrid de Simeone en grandes escenarios era valentía. Se podía ganar o perder, pero al menos no dejar la sensación de depender siempre de lo que hacía el rival escondidos en una cueva. En el Camp Nou, como ya hiciese en 2014, el Atlético volvió a demostrar su garra, pero el Barcelona es mucho Barcelona y más si te equivocas en momentos puntuales.
El conjunto azulgrana dio un golpe a la Liga remontando con goles de Messi y Suárez, para aprovechar después las expulsiones de Filipe y Godín, ambas cuando ya se veía en el marcador el 2-1 que acabaría siendo definitivo. En el cómputo global, el Atlético fue mejor aunque se quedó sin puntuar y deja la Liga en las manos del Barcelona.
Gol de Koke, remontada y roja
Acertó Simeone con su planteamiento en el Camp Nou. Con 11, 10 y 9, el Atlético no se escondió en su fortaleza defensiva para no salir nunca sino que hizo todo lo contrario. Presionó arriba con el derroche físico de Saúl, Gabi y Koke y se encomendó a la velocidad de Griezmann y Carrasco. El Barcelona no se esperaba tal planteamiento y muy pronto se vería por detrás en el marcador.
Saúl ya había avisado en primera instancia con un gran disparo que hizo lucirse a Bravo, pero poco después, un centro suyo acabó en las botas de Koke para que el ’6’ anotara con facilidad el 0-1 a los diez minutos. Después de eso, el Barcelona tardaría 18 minutos más en ver portería por primera vez. Oblak evitó el 1-1 en el 28’, pero no en el 30’. Jugada entre Neymar, Alba y Messi y gol del argentino. A los 8 minutos, gol de Suárez tras un doble fallo de la defensa y de Oblak. Unos instantes de fútbol ofensivo le valen al Barcelona para generar goles y eso tiene un mérito terrible.
Superioridad atlética y nuevo error
El Atlético vivía su peores momentos del encuentro y el Barcelona acumulaba sus mejores cuando llegó la mala decisión y la roja directa a Filipe Luis. El brasileño sacó la plantilla a pasear en dirección a la rodilla de Messi y Undiano no se lo pensó. Se puede hablar de menor o mayor contacto, pero la cara de Simeone reflejaba la sensación de que su jugador, como mínimo, se había equivocado y el argentino habló esta semana de no poner excusas, aunque seguro que parte de él vería mejor la amarilla.
El Barcelona se llevó el triunfo en el Camp Nou de manera justa porque aprovechó sus ocasiones, pero la lectura deja una superioridad del Atlético en 65 de los 90 minutos reglamentarios. Sólo el final de la primera parte sonrió al Barcelona pese a que en la segunda parte Godín, al igual que Filipe, volvió a medir mal.
Con uno menos, el Atlético recuperó el control del partido en el segundo acto y sólo un pie salvador de Bravo a tiro de Griezmann evitó el empate. Todo ello con Carrasco haciendo diabluras por la banda en territorio Neymar, jugador que apenas apareció. El 2-2 no era descabellado, pero Godín volvió a dejar al equipo mermado. Igual que en el caso Filipe, se puede hablar de contacto o de salto del jugador, cada uno podrá sacar el colegiado que lleva dentro, aunque la entrada del uruguayo, reglamento en mano, es amarilla y al tener otra se fue al vestuario. Protesta leve, no de equipo que está siendo robado. Las caras decían más que las palabras y Godín sabía de su error.
Para más desgracia del Atlético, el paso de los minutos les seguía coronando como un equipo valiente y aguerrido, pero sin suerte. La lesión de rodilla de Augusto fue otro ejemplo más. Las lesiones están minando la medular atlética. El recambio de Tiago puede estar más tiempo de baja aún que el futbolista al que venía a sustituir. Increíble.
No hubo más goles en el Camp Nou pese a los intentos del Atlético. Incluso con Oblak de delantero en una falta. Su defensa, improvisada. Su ataque, muy cansado. Aún así, el marcador no se movería y eso no deja en buen lugar al Barcelona que no fue capaz de ver portería contra 9 y en su casa. La victoria real es azulgrana, la moral aunque valga de poco, se la llevaron los madrileños.