Seriedad y, por fin, buen juego. Era lo único que le faltaba al Atlético de Madrid para dar un golpe sobre la mesa antes de finalizar la primera vuelta. Con sólo 8 goles en contra, cifra de récord para Oblak, lo único que le pedía la afición rojiblanca a su equipo era mejorar las sensaciones y en Vigo respondieron a la demanda de los suyos olvidándose de inundaciones en días anteriores.
Con o sin lluvia, el Atlético fue mejor y sólo hubo que esperar a la segunda mitad para que Simeone viera en el marcador lo que se estaba reflejando sobre el terreno de juego.
Dominio sin precisión
Con el césped en condiciones idóneas para jugar, pero sin demasiados alardes para hacerlo, Celta y Atlético saltaron al terreno de juego haciendo real el anticipo del guión del choque de Simeone en la previa: "Ellos dominarán el balón y nosotros esperaremos". Nadie cambió de parecer y así se desarrollaron los primeros minutos.
La ausencia de jugadores como Nolito le resta al equipo de Berizzo la verticalidad necesaria para traducir dominio en ocasiones y ante un rival como el Atlético que nunca se cansa esperando su oportunidad, tocar y tocar sin oportunidades es una bendición para el equipo del Cholo. Sólo Orellana creó peligro con sus diagonales y los rojiblancos encontraron poco a poco su estilo.
Vietto y Griezmann en el ataque con Saúl, Koke, Gabi y Augusto en la medular dejaban claro que la idea de Simeone era buscar la velocidad de sus puntas con buenos asistentes. El Celta lo sabía aunque no pudo evitar acabar la primera parte pidiendo la hora. El Atlético dominó los últimos 20 minutos y rozó el gol, más por sensaciones que por ocasiones. La más clara la tuvo Griezmann.
El ‘7’ disfrazado de ‘9’
Tras una primera parte en la que el Atlético vio como su dominio no se traducía en goles llegó la segunda y sólo cambió la precisión a la hora de marcar. Cuatro minutos necesitó el cuadro de Simeone para trenzar una gran jugada entre Griezmann y Vietto y marcar el 0-1. El galo remató la pared entre ambos y sigue demostrando que el goleador del equipo tiene acento francés.
Después del gol se retiró del terreno de juego Augusto. El excapitán del Celta no realizó un gran encuentro, pero su simple presencia en el equipo visitante y no en el otro bando redujo las esperanzas del conjunto local, que no encuentra la manera de reemplazar a un jugador que era vital para Berizzo.
Por Augusto entró Carrasco y cuando el diluvio universal empezaba a recordar por qué se llegó a pensar en un partido aplazado por la lluvia, el belga remató la faena tras varios avisos. Con el Celta buscando el empate, Carrasco se hartó de montar contras cogiendo la ‘moto’ y marchándose por velocidad. En una de ellas, ya con Jackson ayudando a fijar los centrales, Yannick recogió un balón perdido para anotar el 0-2 y cerrar el choque.
La victoria permite al Atlético olvidar la mala imagen de días anteriores y seguir ganando, cosa que no ha parado de hacer pese a no encontrar su mejor versión. Finalizada la primera vuelta, liderato rojiblanco y sólo ocho goles en contra. Oblak ya mira a Liaño, que tiene el récord histórico de la Liga con 18 goles encajados en la temporada 93/94.