Esta temporada en la NBA no sólo hacen historia los brillantes Golden State Warrios de Stephen 'bailarina de claqué Curry, que han firmado el mejor arranque de siempre de una franquicia.
Los Philadelphia 76ers están pulverizando todos los récords negativos y están a punto de obtener el dudoso título honorífico de ser considerados como el peor equipo en la historia del deporte americano.
Los Sixers son la primera franquicia NBA que arranca dos temporadas seguidas con 0-16, empatan la mayor marca perdedora registrada en los deportes profesionales de Estados Unidos impuesta por el equipo de la NFL los Buccaneers de Tampa Bay de 1976-77 y están a dos derrotas de igualar el peor inicio NBA de la historia en posesión de los New Jersey Nets. No ganan un partido desde el 25 de Marzo de 2015.
¿Cómo han llegado los Sixers a este punto?
Tras los años dulces de Allen Iverson y aquella final perdida contra los Lakers de Kobe y Shaquille O'Neal, la mediocridad se instaló en la ciudad del amor fraternal. Varias presencias en la postemporada pero nunca pasando de segunda ronda. Ni chicha ni limoná.
Los Sixers necesitaban una nueva estrella a la que agarrarse y la franquicia decidió al finalizar la campaña 2012/13 iniciar una reconstrucción total. Ahí comenzaron una serie de decisiones incomprensibles.
Terminaron la citada campaña con un récord de 34-48. El equipo del estado de Pensilvania contaba con un base con potencial All-Star, y que había sido el jugador más joven del Draft del 2009. Con 22 años, había dado un gran saltó la última temporada, firmando 18 puntos y 8 asistencias de media. Sin embargo, sus problemas en el lanzamiento causaban dudas en la cúpula de los Sixers. En el draft del 2010 lo traspasaron a New Orleans Pelicans por Nerlens Noel y una primera ronda. Sin embargo en aquel draft se hicieron con los servicios de otro base, Michael Carter-Williams, por lo tanto el traspaso se hacía algo más razonable.
- El gafe de las lesiones
La temporada no empezaba bien para Nerlens Noel ya que no iba a jugar en todo el año debido a la lesión que arrastraba desde su última temporada en la Universidad de Kentucky pero no todo eran malas noticias, Carter-Williams parecía un jugador especial. Promedió 16.7 puntos, 6.2 rebotes y 6.3 asistencias, y fue galardonado con el premio al Rookie del año, aunque en lo colectivo tan solo se ganaron 19 partidos.
En el draft de 2014, los 76ers seleccionaron a Joel Embiid, otro pívot que junto a Noel y Carter-Williams formaban un trío de jugadores capaces de ser estrellas de la NBA. Embiid se perdió toda la temporada por culpa de su lesión en el pie pero, el futuro parecía brillante, aunque se volviesen a ganar 19 partidos en la temporada, ya que cuando Embiid se recuperase y formara equipo con los otros dos mencionados. el rumbo de la franquicia cambiaría.
Nada más lejos de la realidad, a mitad del curso 2014-2015 traspasaban a Carter-Williams a Milwaukee. Por lo tanto la franquicia en pocos años había traspasado a dos prometedores y talentosos bases de Philadelphia. Y por tercera temporada consecutiva, los 76ers volvían a ganar menos de 20 partidos en la temporada.
Antes de comenzar este curso baloncestístico, los Sixers recibían un nuevo tortazo a manos abierta. Su elección del año pasado, el pívot que tenía que ser el referente del equipo, Joel Embiid ,, volvía a recaer de la misma lesión en su pie derecho y los médicos no garantizaban su vuelta a las canchas al 100%. Duro mazazo.
Presente negro, futuro brillante
En la nueva campaña, a pesar de las estadísticas tan negativas del equipo parece que brotan hojas verdes. Es verdad que Joel Embiid aún no ha disputado un partido de la NBA, pero la última elección del draft, Jahill Okafor, número 2 del pasado draft, puede transmitir esperanza.
Okafor está promediando 18 puntos por partido y su pareja en la pintura, Nerlens Noel, es una máquina de firmar dobles-dobles de puntos y rebotes, además de ser un factor determinante en defensa.
Desde el puesto de base se está consolidando T.J. McConell quién está promediando 6.5 asistencias junto a 7 puntos y 5 rebotes. McConnell, sin embargo, que jamás fue drafteado, no es la opción de futuro para el puesto de base, huérfano tras el adiós de Carter-Williams, sino más bien un 'parche'.
La enfermería está ocupada por Kendall Marshall -un gran director de orquetsa- y Tony Wroten -un jugón algo individualista-, ambos regresarían en el mes de Diciembre. Estos jugadores deben aportar en muchas facetas del juego por lo que se pueden emparejar bien con el dúo interior, Noel y Okafor.
Otro factor decisivo es la edad. Los 76ers son el equipo más joven de la liga, por lo tanto, debido a su falta de experiencia algunos partidos en los que el marcador está igualado en el último cuarto, la falta de tablas -traducida en inconsistencia, errores de concentración y achique de muñecas en los momentos decisivos- hace que el partido de turno caiga hacia el otro lado.
Philadelphia puede convertirse en el peor equipo de la historia si cae este viernes en su visita a Houston. Nadie ha perdido nunca 27 partidos seguidos en la NBA ni tampoco en cualquier otra de las grandes ligas de Estados Unidos. Tanto en béisbol como en fútbol americano las peores rachas de derrotas se quedan en 26, también en la NBA. La peor marca en béisbol es... del siglo XIX, cuando los Louisville Colonels encadenaron 26 reveses seguidos.
En fútbol americano ese triste honor corresponde a los Tampa Bay Buccaneers de 1976-77. En la NHL de hockey sobre hielo, la peor marca son 17 derrotas seguidas, compartida por los Washington Capitals 1974-75 y los San Jose Sharks (1992-93).
¿Se convertirán este viernes los Sixers en el peor equipo de la historia del deporte americano?