Tenía razón Rafa Benítez cuando comentaba el sábado que este derbi no tendría nada que ver con el 4-0 de la temporada pasada. Tenía razón. Hubo muchos factores que provocaron que este partido se pareciera más a los derbis que jugaba Fernando Torres, y que provocaron su salida del Atlético, a los de los últimos años. ¿Las diferencias? Son muchas, y en ambos equipos.
En el Real Madrid ahora hay un entrenador que, con sus decisiones, influye decisivamente en el partido. En este caso, fue la entrada inicial de Casemiro. Un jugador cedido por Ancelotti y que ante el Atlético fue el más determinante. Mejora a todos los de su alrededor, a Kroos y a los centrales especialmente. Entiende a la perfección cuál es su papel. Esta semana leerán seguro estadísticas de él sobre los balones que cortó. La diferencia más evidente en el Madrid estuvo en el cambio de actitud. Nada que ver con aquella goleada, pero todo ayuda. El equipo está más ordenado, están aprendiendo a defender como hace mucho tiempo que no hacen y, por si fuera poco, atrás tienen a un nuevo ángel.
Todavía es pronto, pero la pantera Keylor Navas ya ha conseguido que los colchoneros se vayan a la cama maldiciendo su nombre por el penalti parado a Griezmann y por una mano salvadora ante Jackson Martínez en el descuento. El Real Madrid no es que tenga portero ahora, es que tiene un gran portero. Y eso que Sergio Ramos no ayudó a ello. Ahí sí que no ha cambiado nada el Madrid. Los errores del central se están convirtiendo en costumbres. Su exceso de confianza parece incorregible. No le valió con regalarle el balón a Torres siendo el último jugador, sino que luego redondeó la jugada con un penalti absurdo sobre Tiago.
El Atlético de Madrid ayuda a que este derbi haya recordado al de hace años. Durante 45 minutos olvidaron su esencia, lo que les ha hecho grandes, dando la impresión de que no sabían a qué jugaban. Para fortuna de los rojiblancos y para desgracia del Real Madrid, esto sólo duró la primera mitad. En la segunda, ya sin un desafortunado Óliver Torres y con Carrasco en el campo, apretaron los dientes y fueron a por el partido. Más con orgullo que con fútbol.
Y es que vimos dos partes bien diferentes. En la primera sólo hubo un equipo con personalidad y ése fue el Real Madrid. Con la descarga defensiva de Casemiro, Modric y Kroos, pudieron desarrollar mejor sus dotes creativas. Los tres centrocampistas, más los dos laterales ofensivos –Marcelo y Carvajal– provocaban que el Madrid abriera el campo y tuviera el control del partido. Ahí, en el centro del campo, Benítez ganó a un Simeone que apostó por tres delanteros con Torres, Griezmann y Ángel Correa, el más dinámico, participativo y peligroso de los tres.
En una jugada larga del Real Madrid, moviendo el balón de una banda a otra, llegó el primer tanto del partido. Carvajal se atrevió con un mano a mano ante un Filipe Luis que ha empeorado tras su paso por el Chelsea. Un autopase y un centro medido a Benzema, y el 0-1 subió al marcador. Marcó el francés, marcó el pichichi de la Liga. Un gran remate, facilitado por un movimiento de arrastre de Ronaldo. Lo único salvable, y no es mucho, del portugués.
Casi al borde del descanso, hubo una jugada fortuita que, a la larga, fue trascendental. Carvajal cayó lesionado y en su lugar entró Arbeloa. El salmantino no está en forma y encima entró revolucionado al encuentro. Poco lo intentó el Atlético por su banda, visto el desnivel que había en ese duelo entre Correa, Griezmann, Jackson o Filipe Luis que caían por la izquierda. Tras el descanso, y pese al buen partido de jugadores como Casemiro, Modric o Benzema, ganando balones casi perdidos y reteniendo la pelota, el Madrid fue perdiendo poco a poco la superioridad. El Atlético recuperó la posesión, incrementó la intensidad, fijó una idea de juego y los cambios de Simeone y Benítez incrementaron este cambio en el partido.
El Cholo acertó sacando a Carrasco, Vietto y Jackson por Correa, Torres y Óliver; Benítez, en cambio, falló. El técnico del Real Madrid tiró de su manual. Él es así y ya lo está demostrando en el Madrid en el poco tiempo que lleva. Con el marcador a favor, a él le tira más quitar a Benzema e Isco y poner a más centrocampistas. El problema es que quitó a dos jugadores que aguantan la pelota por dos que no lo hacen, o no lo hicieron, como Kovacic y Bale. Benítez buscaba dormir el encuentro y lo único que hizo fue despertar aún más al Atlético de Madrid.
El tanto del empate llegó en el minuto 83, en una internada por la banda izquierda. Arbeloa no pudo frenar en velocidad a Jackson Martínez y su centro acabó rematándolo Vietto a placer. Se veía venir el tanto al igual que el Real Madrid lo pasaría realmente mal para irse del Calderón con un punto. Lo consiguió gracias a una parada descomunal de Keylor a Jackson y a la falta de acierto de los rojiblancos en los últimos metros.
Atlético y Real Madrid empataron, pero se fueron más contentos a casa los locales. Los dos equipos tuvieron actuaciones positivas y negativas. Potenciar las buenas y corregir las malas será importante en próximos derbis.
Ficha técnica
Atlético de Madrid, 1: Oblak; Juanfran, Giménez, Godín, Filipe Luis; Gabi, Tiago, Griezmann, Óliver (Carrasco, m.46); Correa (Vietto, m.57) y Fernando Torres (Jackson Martínez, m.63)
Real Madrid, 1: Keylor Navas; Carvajal (Arbeloa, m.40), Varane, Sergio Ramos, Marcelo; Kroos, Casemiro, Modric; Isco (Bale, m.65), Cristiano Ronaldo y Benzema (Kovacic, m.76)
Goles: 0-1, m.8: Benzema; 1-1, m.83: Vietto
Árbitro: Undiano Mallenco (Comité navarro). Mostró tarjeta amarilla a Gabi (m.16), Correa (m.39), Juanfran (m.59), Vietto (m.79), Griezmann (m.82) y Godín (m.87), del Atlético; y a Sergio Ramos (m.22), Varane (m.58), Casemiro (m.60) y Arbeloa (m.88)
Incidencias: Partido correspondiente a la séptima jornada de la Liga BBVA disputado en el estadio Vicente Calderón ante unos 55.000 espectadores. Lleno