Será totalmente opuesto, un partido con más dificultades y con mucha más intensidad por parte del rival, pero el Atlético marcó el camino de la tranquilidad ante el Deportivo antes de medirse al Real Madrid. Sólo necesitó de su mejor jugador, del más inspirado en ataque: Antoine Griezmann. En 20 minutos aumentó su cifra goleadora en 20 tantos y el partido se rompió como le gusta al Atlético, pronto y sin mayores esfuerzos aunque un gol al final les hizo correr más de lo esperado, tampoco demasiado.
Nada más comenzar el partido llegó el gol, llegó el golazo de volea-chilena de Griezmann. En cinco minutos y con el francés en posición legal pese a lo que pudiese parecer en un primer momento. La sonrisa del francés es la sonrisa del Atlético y últimamente se le ve muy feliz. Sólo tardó un cuarto de hora en volver a hacerlo. En esa ocasión todo nació en un saque de banda de Gámez, otro más, y si la defensa rival falla ahí está Griezmann para llevarse el botín a Madrid. 0-2, poco más de veinte minutos de juego y partido resuelto.
El Deportivo intentó recomponerse tras los dos goles en contra, pero el equipo de Víctor dispara con balas de fogueo y ante un coloso defensivo como el Atlético eso no vale ni para meter miedo. El conjunto de Simeone dominó los tiempos y se marchó al descanso ganando y sin entrenador porque Fernández Borbalán mandó a los vestuarios al Cholo antes de tiempo por las protestas del indignado técnico argentino.
Que no se preocupen los seguidores colchoneros: el Cholo estará en la banda del Bernabéu el miércoles. Un Simeone que arrancó el choque con un mensaje claro en el centro del campo. Koke jugó ahí, en la zona de medios y lo hará en más ocasiones.
La segunda mitad pudo ser un remanso de paz para el Atlético de Madrid y así fue hasta el tanto de Oriol Riera. Los rojiblancos, ya sin el Cholo en la banda, pudieron finiquitar el encuentro en varias ocasiones, sobre todo con una triple ocasión que fallaron por turnos Raúl Jiménez, Fernando Torres y Raúl García. Fabricio lo paró absolutamente todo y dio vida a un Dépor que achuchó lo justo en la recta final.
Antes de todo ello, Simeone ya pensaba en el Real Madrid al retirar a hombres como Arda Turan o Griezmann. El 0-2 que lucía en el marcador en ese momento le permitía reservar fuerzas de cara al Bernabéu y la jugada le salió bien porque el marcador final fue de 1-2. La seguridad de la defensa y el poderío aéreo de un Oblak cada día más asentado en la portería permitieron al Atlético sufrir lo justo antes de la Champions y dejar al Valencia a cuatro puntos.
La tercera plaza sigue a salvo, el pase a semifinales se lo deberán ganar en el hogar del Real Madrid. Allí se sufrirá bastante más que en Riazor.