Después de abrir una guerra pública, de que el presidente de la Liga, Javier Tebas, asegurase que no se sienten representados por el presidente de la Federación Española de Fútbol (RFEF), Ángel María Villar, de que amenazasen incluso con romper relaciones, la paz se ha instalado en la relación entre los dos organismos que gobiernan el fútbol español.
A la actitud bélica con la que se lanzó la LFP, la Junta Directiva de la Federación respondió con un comunicado conciliador en el que reivindicó "la unidad del fútbol español" y "el apoyo incondicional" a la promulgación "con carácter urgente" por parte del Consejo de Ministros del decreto que regule la venta centralizada de los derechos de televisión.
Lejos de responder a las acusaciones de irresponsabilidad por parte de Villar tras su último desplante, el comunicado se limitó a confirmar el respaldo unánime al presidente y dejar en manos del Gobierno la presión. La paz entre Federación y LFP se firma por segunda vez en los últimos meses. Antes, ya se formó una comisión mixta entre ambos organismos para unir fuerzas pero la actitud de Villar estuvo a punto de llevarse por delante todos los avances.
Federación y LFP saben que se necesitan. Los clubes respiran aliviados después de la guerra haya remitido. Las urgencias por asegurarse los ingresos televisivos en 2017 apremian y el nerviosismo no ha hecho más que crecer desde que el pasado mes de noviembre de asegurarse que el decreto estaba al caer. Por su parte, la Federación, enfrentada abiertamente con el Gobierno, se ha asegurado un porcentaje de la futura venta de los derechos y, mientras no se apruebe la ley, ha ganado un aliado contra el Consejo Superior de Deportes (CSD) y su presidente Miguel Cardenal.