Cristiano y el Real Madrid vapulean al Granada

Si Cristiano Ronaldo es feliz, el madridismo también. Y si Ronaldo está bien, el Real Madrid es más peligroso. Dos condicionales obvios, pero que en los últimos meses no se habían dado en Concha Espina. El partido ante el Granada puede ser más importante de lo que uno se imagina. Tanto para el conjunto andaluz, dañado anímicamente, como para el Real Madrid, que recupera sensaciones y, quizá, al jugador más determinante de su plantilla.

Y es que en las últimas semanas el ambiente en el Bernabéu era todo menos festivo. Los duelos ante Villarreal, Levante y Schalke 04 dejaron pitadas, reivindicaciones, malas sensaciones y hasta miradas de incredulidad a la grada. El Real Madrid y Ronaldo necesitaban un partido como éste para limar asperezas y juntos, de la mano, intentar conquistar una Liga a la que le quedan nueve finales. El vestuario blanco cree que puede ganar todos los partidos que le restan y, si todos los rivales dan el nivel de este Granada, por supuesto que lo pueden conseguir.

Que el Granada es un equipo con una confianza bajo mínimos, que el Madrid tiene una pegada descomunal y que entre los dos clubes hay una diferencia sideral, se refleja en lo que sucedió en la primera parte. A los 25 minutos, el partido estaba empatado sin goles; a los 38, el Madrid ganaba por 4-0. Ronaldo suma 36 goles en Liga, 17 más que todo el Granada.

El Granada resistió 25 minutos

Cuando se abrió la lata, se descubrieron todos los males del equipo de Abel Resino, que bien aprovecharon los hombres de blanco. La banda izquierda, como en el Camp Nou, fue la principal vía de ataque de los de Ancelotti. Marcelo y James aprovecharon su precisión para bombardear el área del Granada con balones al segundo palo, donde siempre había espacios. Así se marcaron la mayoría de los goles, aunque el primer tanto llegó con un excepcional pase de Kroos. El alemán ordenó a Bale el desmarque que tenía que hacer con una asistencia a la espalda de los centrales. El galés demostró su portento físico tirando al defensa y regateando a Oier, desafortunado durante toda la mañana.

En una semana para creer, el Granada dejó de hacerlo con ese primer tanto. En los ocho minutos posteriores, Ronaldo anotó un hat-trick. Abel sabía que éste no era su partido, de ahí que reservara a tantos habituales. Pero lo que no se esperaba era "realizar el peor partido de su carrera".

El Granada le tendió la alfombra roja al Madrid, que no desaprovechó la ocasión. Los blancos se pusieron su mejor traje y regalaron un gran partido a una grada necesitada de alegrías. Quizá una de las razones de este bajón del Madrid ha sido la ausencia de James Rodríguez. Quizá, porque nunca lo sabremos, Ronaldo haya echado más en falta a James que a Irina.

No ha podido tener mejor regreso el colombiano. El segundo gol vino tras un gran gesto técnico de James. Cuando todos esperaban su disparo, asistió a un Ronaldo que definió muy bien al segundo palo. Si otros días el delantero portugués tenía la pólvora mojada, hoy todo lo que tocaba era gol, al menos hasta los últimos minutos de la segunda mitad. El segundo tanto le cayó del cielo. Estaba solo en el punto de penalti y sólo tuvo que fusilar al portero. El tercero fue un disparo fuerte pero centrado que se comió Oier. Daba igual el error. Lo importante es que Ronaldo estaba marcando, que era feliz y que el Madrid se iba con un 4-0 al descanso.

Tres goles en cuatro minutos

Defiende Ancelotti que a estas alturas de la temporada el equipo está mejor físicamente que en su primer año en el club, y que eso tienen que aprovecharlo. La segunda mitad demostró que en parte tiene razón y que, además, esta plantilla tiene hambre de sobra. Las lesiones de larga duración han provocado que Modric, Ramos o James estén más frescos y marcar cinco tantos en la segunda parte, con el partido sentenciado, es muy poco habitual.

A los siete minutos de la reanudación marcó Benzema. Un gol que habrá enfadado a cualquier aficionado del Granada. Es impensable que a este nivel un córner se pueda controlar con el pecho dentro del área. El francés lo consiguió y marcó. En cuatro minutos, el Real Madrid marcó tres tantos. En el 52 lo hizo Benzema, en el 54 Ronaldo tras asistencia de Bale y en el 56 otra vez el galo tras una subida de Arbeloa. El Madrid acabaría marcando nueve goles, pero pudieron ser más.

Con el partido más que resuelto, esta vez Ancelotti sí hizo los cambios antes del minuto 70. Jesé, Illarramendi y Chicharito disfrutaron de media hora de juego que no pudieron aprovechar. Modric aguantó todo el partido, por segunda vez consecutiva, y eso lo está notando muchísimo el equipo en la forma y en la idea que quiere transmitir el entrenador italiano. El croata centró en el octavo gol, que se metió Mainz en propia meta, y el noveno fue obra de Ronaldo. En el último minuto, en una falta botada desde un lateral y el luso, apareciendo solo en el segundo palo, no desaprovechó la ocasión.

Lo único positivo para el Granada es la aparición de Robert Ibáñez. El valenciano marcó un excelente gol con un desmarque a la espalda de Sergio Ramos y una buena definición ante Casillas. Se está mereciendo ser titular en su equipo.

Al Real Madrid le quedan nueve finales para las que cuenta con Cristiano Ronaldo. El portugués nunca se bajó del barco, pero no es lo mismo contar con este Ronaldo que con el de los últimos meses. Ahora el problema para Ancelotti está en saber qué hacer con Isco. El malagueño estaba sancionado y dejarle en el banquillo parece una temeridad. "Quien no esté al 100% no jugará", explicó el técnico del Real Madrid. Los quiere enchufados a todos para una Liga en la que el madridismo confía un poco más con esta resurrección de Ronaldo.