El segundo gol del FC Barcelona, obra de Luis Suárez que sirvió para que el conjunto azulgrana se llevara el clásico ante el Real Madrid (2-1), levantó polémica dentro del banquillo del equipo madridista con un hombre de nuevo señalado: Iker Casillas.
El preparador de porteros del Real Madrid, Villian Vecchi, no pudo evitar su enfado y con grandes gestos de desaprobación lamentó la actuación del guardameta en un tanto que fue decisivo. Vecchi gesticuló moviendo ostensiblemente su brazo indicando a Giovanni Mauri, preparador físico del club, que Casillas debía haber estirado el brazo para detener el disparo de Luis Suárez. De nuevo, el guardameta quedó señalado, esta vez desde su propio banquillo.