Gareth Bale no está viviendo sus mejores momentos como jugador del Real Madrid. Tras un 2015 gris en lo personal -intrascendente en el juego- y en lo colectivo, el entorno madridista le señala como uno de los grandes culpables. Su escaso compromiso defensivo, su excesivo individualismo y la falta de gol -9 partidos consecutivos jugando 90' y sin ver puerta-, unido a los 94 millones que costó, le han puesto en el punto de mira.
Además de su escasa producción en el campo, Gareth ha dado mucho que hablar fuera de él. En los últimos días ha salido información que deja entrever su 'autismo' en el vestuario blanco. Bale va por libre y, a pesar de los esfuerzos de Florentino Pérez para intentar integrar al zurdo al 'grupo', Gareth no termina de 'abrirse' al resto. Incluso, algunos medios especularon con la posible salida del Real Madrid de Bale este verano.
Gareth Bale no es un muñeco de trapo. Todo este caldo de cultivo a su alrededor le llega, y el galés lo dejó claro en la celebración del 1-0. Bale se fue en dirección al córner mientras se tapaba los oídos con las manos.Tras abrazarse con algunos compañeros, el galés dio una patada al banderín. Toda la rabia y la ansiedad contenida, salía disparada.
Gareth se ha liberado y se ha sacado de encima una mochila con 9 piedras. Bale está de vuelta.