Hacía mucho tiempo que el Bernabéu no celebraba tanto el pitido final. Quizá desde el partido contra el Barcelona (3-1), a finales de octubre. Y es que el encuentro ante el Sevilla fue lo esperado: intenso, duro, quizá hasta violento y, sobre todo, igualado. Pero también fue como se temía. Con consecuencias graves de cara al derbi porque el Real Madrid pierde para ese partido a tres titulares: Sergio Ramos y James por lesión y Marcelo por una tarjeta amarilla que el club debería recurrir.
El partido fue una auténtica locura. Como viene siendo habitual en los Real Madrid-Sevilla de los últimos años. Como el de la pasada temporada, en un duelo que los de Ancelotti ganaron por 7-3. Esta noche en el Bernabéu, los andaluces pudieron adelantarse en el marcador en varias ocasiones. Incluso en el primer minuto, otra vez. Pero el Madrid marcó dos tantos, se recreó entre los 'olés' del público, pudo sentenciar y acabó sufriendo en los últimos minutos tras el gol de Iago Aspas. Pasó absolutamente de todo.
La película no comenzó como ante Atlético, Córdoba y Real Sociedad porque Iker Casillas detuvo a Vitolo un disparo. De lo contrario, los blancos hubieran tenido que remontar como en anteriores ocasiones. Y es que el plan de Emery, cómo no, con sorpresas en el once y en el esquema, funcionó en los primeros minutos. Situó a Iborra de mediapunta para frenar a Toni Kroos y lo consiguió. Lo malo para sus intereses es que el centrocampista valenciano tuvo en sus botas las mejores ocasiones. Clarísimas y todas las falló. Un palo con Casillas ya batido, un remate de cabeza tras una mala salida de Iker o, en la segunda mitad, al mandar a saque de banda un pase de la muerte. Increíble.
La lata la abrió James Rodríguez con un movimiento sensacional a la espalda de los defensores. Centro medido de Marcelo y el colombiano, de cabeza, anotaba su octavo gol en liga. Al minuto 26, el propio James acompañaba al vestuario a Sergio Ramos, que no aguantó ni diez minutos en el campo. Los dos lesionados daban paso a dos canteranos que fueron fundamentales en la victoria, Nacho y Jesé Rodríguez. El canario, al ser el autor del segundo tanto. Ésa es una de las buenas noticias para el Real Madrid.
Dos canteranos que han demostrado su utilidad en un partido complicado. Nacho, junto a Varane, se comió a Bacca y Jesé culminó en el minuto 36 un pase incomprensible de Bacca a Isco, un gol que le da algo que no se consigue en los entrenamientos: confianza.
Incomprensible amarilla a Marcelo
Con el 2-0 se llegó al descanso. El plan de Emery, correcto en la práctica, se venía abajo por la imprecisión de los suyos y el acierto del Madrid de cara a la portería rival. Y eso que contaron con la inestimable ayuda de Iglesias Villanueva. El colegiado gallego estaba como el tiempo, para irse a la nevera. Nunca consiguió parar la dureza con la que afrontó el partido el Sevilla. Entradas a destiempo sin castigo y cuando el Madrid se metió en la guerra ante la pasividad del colegiado, éste golpeó a los blancos duramente.
Una tarjeta amarilla de auténtica broma a Marcelo. El brasileño, que cumplía 300 partidos con el Real Madrid, gritaba y gesticulaba porque no podía creerselo. Había sufrido entradas duras, había visto una agresión de Mbia a Khedira y él se tenía que perder el derbi por una acción en la que incluso la falta era dudosa. Y todo al grito de "fuera, fuera" del público ya indignado antes de esta acción. Varane, el clásico que no se enfada si le tiran una copa encima, que lleva a la novia a la hora que pide su padre, acabó desesperado y enfadado. La primera vez que le sucede en cuatro años en el Real Madrid.
A pesar de la dureza del Sevilla y de la falta de criterio del árbitro, el Real Madrid trató de jugar al fútbol y de la chistera se sacaron una jugada que hubiera sido el gol del año en el Madrid. Una combinación entre Isco, Jesé, Marcelo y Benzema que el francés no culminó por unos centímetros. Fue entonces cuando Emery realizó un cambio que volteó la dinámica del partido. Retiró a un desaparecido y errático Bacca para dar entrada a Iago Aspas. El gallego entendió mejor el partido. Se movió a las bandas, bajó a recibir y encima marcó el 2-1 definitivo tras una brillante acción de Vitolo. Salvando las distancias, hizo la del Buitre en Cádiz.
Fueron los peores minutos del Real Madrid. Muchas pérdidas y con los dos puntos del empate en el aire. "Un empate y encima sin Ramos, James y Marcelo ante el Atlético", debían pensar los aficionados. Ancelotti no ayudó a calmar los ánimos de los espectadores. No dio entrada a Illarramendi -su primer cambio voluntario- hasta el minuto 89.
Al final el Real Madrid se llevó el premio. Tres puntos peleados, sufridos y con una pena importante de cara al sábado. Ahora Ancelotti tendrá que confiar sí o sí en una defensa inédita. Carvajal, Nacho, Varane y Coentrao -el lateral portugués sí estará disponible para el sábado-, serán los encargados de frenar al Atlético de Madrid. Cristiano Ronaldo volverá tras cumplir la sanción de dos partidos e Isco estará. Un escándalo de jugador. Al Sevilla y a Emery le dejó claro que lo único gordo que tiene es su talento. ¡Ah, y Bale hizo una más de las suyas! Tuvo un pase de la muerte a Benzema y decidió tirar. Terminó en anécdota, pero en otro encuentro esta acción, que se repite partido tras partido, puede costarle caro al Real Madrid.
Ficha técnica
Real Madrid, 2: Casillas; Arbeloa, Varane, Sergio Ramos (Nacho, m.9), Marcelo; Khedira, Kross, Isco (Illarramendi, m.90), James (Jesé, m.27); Benzema y Bale
Sevilla, 1: Beto (Sergio Rico, m.35); Diogo, Carriço, Kolo, Fernando Navarro; Mbia, Krychowiak, Iborra; Deulofeu (Aleix Vidal, m.54), Vitolo; y Bacca (Iago Aspas, m.67)
Goles: 1-0, m.11: James Rodríguez; 2-0, m.36: Jesé; 2-1, m.80: Iago Aspas
Árbitro: Iglesias Villanueva (Comité gallego). Mostró tarjeta amarilla a Diogo (m.41), Fernando Navarro (m.43), Mbia (m.49+), Carriço (m.66), Vitolo (m.71) y Aleix Vidal (m.76), del Sevilla; y a Varane (m.45) e Isco (m.86), del Real Madrid
Incidencias: Partido correspondiente a la decimosexta jornada de la Liga BBVA, que fue aplazado en su día por la disputa del Mundial de Clubes por parte del Real Madrid, disputado en el estadio Santiago Bernabéu ante 67.126 espectadores