El informe presentado este lunes por la Fiscalía de la Audiencia Nacional donde solicita que se juzgue al expresidente del Fútbol Club Barcelona Sandro Rosell por dos delitos fiscales y un delito societario y al propio club blaugrana por dos delitos contra la Hacienda Pública en el fichaje del brasileño Neymar, ha sorprendido dentro de las oficinas del club.
En el Barça no esperaban que el juez Pablo Ruz recibiese un informe tan demoledor y el desconcierto reina en la zona noble del conjunto azulgrana. Pero si había algo todavía más inesperado en la solicitud del fiscal José Perals es la petición de que se abra una investigación al actual presidente, Josep María Bartomeu, para determinar si en el año 2014 defraudó a Hacienda una cuantía de 2,8 millones de euros por los pagos en el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF).
Durante todo el día, se esperó la respuesta de la entidad en forma de comunicado para defenderse de las acusaciones del fiscal y aclarar su postura, pero lo que reinó es el silencio. Bartomeu, en plena carrera electoral para volver a presidir el club en las elecciones que se celebrarán a final de temporada, desapareció de la escena mediática.
En los últimos días, había sido habitual verle en diversos actos en el inicio de la campaña para convencer a los socios pero, tras el informe del fiscal, el club mantuvo el silencio.
La carrera electoral del actual presidente corre peligro y las oficinas del Camp Nou fueron el lugar de reunión con los asesores legales para determinar la estrategia a seguir a partir de ahora. No hubo comunicado ni declaración oficial de Bartomeu, al que la imputación enterraría del todo en la pelea por la presidencia, mientras el Barcelona sigue inmerso en unos problemas judiciales que no han dejado de crecer.