El nombre de Marco Asensio seguramente sea desconocido para la gran mayoría de los seguidores al fútbol. Sin embargo, todos han visto cómo en las últimas horas se ha vinculado su futuro al de Barcelona, Real Madrid o Villarreal, por hablar sólo de los equipos españoles.
En Mallorca, en cambio, hace tiempo que se le conoce. Desde hace años hablan auténticas maravillas de él. Nacido en Calvià -uno de los municipios más ricos de Europa- en 1996, fue a los diez años cuando recaló en la cantera bermellona.
Clemente Marín fue su descubridor, aunque para corroborarlo se llevó a otro símbolo del mallorquinismo: Jovan Stankovic. Le dijo que iban a ver a un jugador que llevaba otro dorsal, y a los pocos minutos el serbio ya descubrió que en realidad habían ido a ver a Marco. Cuando le dijeron que tenía diez años, no se lo creía.
Su crecimiento en el Mallorca fue vertiginoso. En cada categoría brillaba por encima del resto. Hasta llegar la temporada pasada al filial. Ya en verano acudí a ver un partido del Mallorca B. Comentando con Miki Garro, exguardameta del primer equipo y actual entrenador de porteros del filial, me afirmó que ese chaval era un genio, que iba a llegar donde quisiera. Cinco minutos de partido me bastaron para ver que no exageraba.
Con una zurda exquisita, tiene ese don que hace especiales a ciertos futbolistas de que cada balón que recibe, da sensación de peligro. Da igual cómo y dónde la toque; sabes que algo está a punto de pasar. Generoso a la hora de dar el pase, sabe siempre cuándo hay que mantener el balón y cuándo buscar el regate. Su juego suele discurrir en la zona de la media punta, aunque le gusta caer a la banda izquierda. Es muy vertical, aunque está más que capacitado para jugar en un estilo más posicional. Y tiene otra cualidad sobresaliente: una capacidad extraordinaria para botar las jugadas a balón parado.En su primer partido con el primer equipo del Mallorca, con 17 años, ya fue él el encargado de ejecutarlas todas.
No es de extrañar que este verano fueran varios los equipos de Primera División que se interesaran en su fichaje. El primero, el Barcelona. Su llegada al conjunto azulgrana se daba prácticamente cerrada a finales de agosto por 4,5 millones de euros, pero en última instancia se rompió todo. Se habla de que fue la directiva del Mallorca quien pidió más dinero al Barça, lo que rompió la relación.
En cualquier caso, Marco mostró desde el minuto 1 su implicación máxima en el equipo, y ha sido el líder de un conjunto que ya comienza a mirar la zona alta de la Segunda División después de un comienzo demasiado convulso.
Ahora, tras explotar en tres partidos con la selección española sub19 –en los que se impusieron a Grecia, Alemania y Francia con Marco de capitán y estrella- su nombre se ha vuelto a vincular a los más grandes. Entre ellos, por supuesto, el Real Madrid. El conjunto blanco está dispuesto a llegar a esos 4,5 millones, consciente de que es un diamante en bruto. Pero Marco, a través de su representante –el mismo que Messi, por cierto- se ha descolgado con una condición que ha tocado la fibra del aficionado mallorquinista: fiche por el equipo que fiche, quiere terminar cedido la temporada en el Mallorca. Quiere devolver al equipo a la categoría que le corresponde: la Primera División, y, de paso, devolverle parte de lo que le ha dado el club. Una vez conseguido, dará el salto.
A cambio de esta petición, el Mallorca le ha asegurado que no subirá su cláusula, que el próximo verano debería aumentar a nueve. El Real Madrid ya ha dado su consentimiento a esta solicitud, consciente de lo que mucho que significa para Marco Asensio.
Una muestra más de la cabeza tan templada que tiene el chico, quizá su mayor virtud por encima de la indudable calidad que atesora. Calmado, relajado, consciente en todo momento de que hay que quemar etapas. Inaudito en un chaval de 18 años con tanta responsabilidad. El entorno, claro, ayuda. Su familia siempre le ha arropado bien. Sus compañeros y entrenadores, también. Todos los goles que marca están dedicados a su madre, quien muriera hace ahora tres años, según reveló su hermano Igor.
No hay duda de que está destinado a dedicarle muchos más. De momento, en el Mallorca. Pronto, en un grande. Quizá, en el Real Madrid. Estamos delante de un joven a punto de convertirse en estrella. Para muchos años.