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El Atlético saca su orgullo de campeón y golea al Córdoba

El conjunto rojiblanco venció 4-2 en el Vicente Calderón tras una semana marcada por los premios de la LFP.

Griezmann celebra uno de los dos goles que marcó. | EFE

Simeone sólo quería hablar del Córdoba en la previa. Se hizo el sueco ante cualquier pregunta que tuviera algo que ver con los premios de la Liga, pero el Calderón sí quiso acordarse del asunto. El campeón y su afición estaban enfadados y lo pagaron con el primero que pasó por la ribera del Manzanares. Sin brillo, pero con solvencia. Así es el nuevo Atlético. En la grada una pancarta: "LFP, el campeón os saluda". En el campo tres puntos que había que conquistar sí o sí y no fue un paseo como muchos pensaban que sería.

Llevaban mucho tiempo sin verse Córdoba y Atlético de Madrid, concretamente desde el año del ascenso del conjunto rojiblanco y como viejos conocidos que se reencuentran después de mucho tiempo, los primeros minutos fueron de tanteo. El Córdoba fue menos tímido que los locales en las jugadas iniciales y le quiso enseñar los dientes al campeón. No era semana para provocar a los rojiblancos, Tebas bien lo sabe, pero los andaluces lo intentaron.

Duró muy poco la ilusión inicial de los cordobeses ya que el Atlético se soltó en los primeros veinte minutos del encuentro. Asedió la portería de Juan Carlos por tierra, mar y aire, la especialidad de la casa, pero no encontró el camino del gol. El larguero evitó que Koke pusiera en ventaja a los suyos y Siqueira tampoco estuvo acertado en la ocasión que tuvo.

Los movimientos de Griezmann, las subidas de Siqueira y Juanfran por banda y el juego entre líneas del Atlético maniataban a un Córdoba incapaz de soportar la presión en la recuperación del Atlético. Perdía el balón el cuadro de Simeone, dos pases o pelotazo arriba de los andaluces, y vuelta al asedio. Sólo faltaba el gol y la ausencia de él durmió el encuentro. Los rojiblancos bajaron la velocidad, Griezmann desapareció y el Córdoba estuvo a punto de dar un susto importante con una contra mal finalizada que evidenció su fragilidad en ataque.

El Atlético de este año no gana por KO, pero vence a los puntos como si de un combate de boxeo se tratase. Antes del descanso lanzó el primer golpe. La historia suena repetitiva, pero es la que es. Jugada que se inicia a balón parado y acaba en gol. Centro al área, la pelota acabó en los pies de Griezmann que disparó y el esférico tocó en Luso que lo desvió hasta las mallas. Deja vu rojiblanco. Clos Gómez le dio el gol al francés.

Con ventaja en el marcador finalizó el primer acto y con la igualada en el luminoso comenzó el segundo. Esta vez, el Córdoba se disfrazó del Atlético y marcó de cabeza a balón parado. Ghilas, totalmente sólo, anotó un auténtico golazo y desató la locura de los más de 3000 aficionados andaluces que había en la grada.

No era día para enfadar a un Atlético ya de por sí enrabietado y con ganas de sacar su orgullo de campeón y el empate duró escasos minutos. Griezmann volvió a aparecer y con él enchufado, el Cholo tiene un arma de oro. El francés se sacó un gran cabezazo de la chistera a pase de Juanfran y devolvió la tranquilidad a los rojiblancos. Casi a continuación llegó el tercero, obra de Mandzukic a balón parado y con la ayuda del portero Juan Carlos. Repetitivo, pero eficaz. Ahí se acabó el encuentro.

El choque ya estaba resuelto aunque llegaron dos goles más, uno para cada equipo. Entre Raúl García y un defensor pusieron el 4-1 a pase de un omnipresente Koke y Ghilas, por segunda vez, puso el 4-2 definitivo en un fallo defensivo del Atlético.

No se vio la mejor versión del conjunto rojiblanco. Sí se vio la más solvente. Griezmann empieza a ser clave y a dar mucho juego a Simeone y esa, con permiso de los tres puntos, fue la mejor noticia de la noche.

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