Parecía un secreto a voces que Iker Casillas tenía los días contados como titular en el Real Madrid. El clima de tensión que se había instaurado en torno a la portería del conjunto blanco hacía la situación insostenible. Al capitán se le ha agotado el crédito y cada vez cuenta con menos apoyos dentro del vestuario. Hace más de una temporada que ha perdido su mejor nivel y las actuaciones desde el comienzo de la temporada, sobre todo la goleada en San Sebastián, han terminado por poner al Bernabéu en su contra.
Casillas se ha encontrado, además, con un compañero de batallas que se luce en cada entrenamiento. La competitividad y el nivel de exigencia de Keylor Navas en cada una de las sesiones han obligado a Carlo Ancelotti ha premiar al costarricense. Su intensidad en cada uno de los entrenamientos contrasta con el trabajo de Casillas, al que la comparación a ojos de los técnicos le ha perjudicado.
A todo esto, hay que sumar la inexistente relación del capitán con el entrenador de porteros del equipo, Villiam Vecchi. Desde que llegó al conjunto blanco, entre ambos no ha existido la química necesaria entre un portero y su preparador y apenas se dirigen la palabra. Vecchi fue quien apostó por Diego López la pasada campaña y parece que esta temporada también le está convenciendo más el trabajo y las condiciones de Keylor Navas.
Desde el pasado domingo, el exportero del Levante sabe que este martes será titular ante el Elche. Ancelotti se escudó en rueda de prensa en las rotaciones para justificar los cambios que habrá en el equipo, en el que está previsto que entren también Isco y Chicharito. El italiano aseguró que quiere que todos los jugadores estén preparados para jugar y por eso dará la oportunidad a los menos habituales. Escudado en las rotaciones, ha dado el primer paso para que Keylor Navas se asiente definitivamente en la meta del Real Madrid.