Se lo dijo Filipe Luis a Juanma Castaño en Cuatro, al terminar el encuentro, en la zona mixta del Camp Nou. "Nos hemos quedado asombrados con la tranquilidad del míster al descanso. Estaba calmado, sin un grito. Nos ha dicho que nada nos puede salir peor. Todo va a ir bien". Y se quedó tan ancho Diego Pablo Simeone. Lejos de la ira, de lamentar la mala fortuna, apela al sentido común y al normal transcurrir de los acontecimientos.
Y todo fue bien. Los diez primeros minutos de la segunda parte fueron reflejo de lo transmitido por el míster. La tranquilidad por encima del nerviosismo. Un equipo que pierde dos jugadores vitales por lesión y encaja un gol se viene abajo por naturaleza. Pero este Atlético está hecho de otra pasta, de otro talante, el que ha imprimido a su manera el tipo que está en el banquillo. En diez minutos de la segunda parte, dos ocasiones y el gol de Godín. El Atlético es campeón.
Lo fue con sufrimiento, claro, no podía ser de otra forma. Lo fue reculando atrás muchos minutos de la segunda parte, quizá demasiados. Nada importó sobre las formas de ser campeón, al pitar Mateu Lahoz el final. El Atlético tuvo a Maquiavelo más presente que nunca. El fin justifica los medios.
Justo campeón
Ha sido el justo campeón. Siempre un campeón es justo porque no estamos hablando de una Copa de Europa o una Copa del Rey con menos partidos y con eliminatorias a doble encuentro, a vida o muerte. Este es el torneo más difícil de ganar, el que más satisfacción te produce, sin duda, digan lo que digan. Otros dan prestigio, este te da certeza del trabajo bien hecho.
Ha sido campeón este Atlético increíble, casi insólito desde el trabajo, palabra que no se negoció nunca para Simeone. Ha sido campeón de otra forma distinta y ha demostrado que se puede ganar de otra manera. De la forma de esperar atrás, sin perder el sitio, desde la concentración, desde el esfuerzo, de manejar el marcador como nadie. Este es el Atlético de Simeone, lejos del toque del Barcelona y de la fuerza desmesurada y la pegada del Madrid. Pero es el campeón y a todos nos parece lógico en este 2014.
Lo reconoció el Camp Nou al final del encuentro, en un alarde de señorío, gritando todo el estadio a la vez "Atleti, Atleti", entregando el alma partida a un equipo rival, ya que el suyo propio no puso de su parte en muchos momentos del año.
Ha sido el año rojiblanco y lo puede ser más el sábado que viene, en un doblete que sería histórico. Mientras tanto ya han subido un peldaño en la escalera de leyendas rojiblancas Diego Costa, Koke, Arda, Filipe, Courtois, Juanfran, Miranda, Gabi y Tiago. Y lo ha subido Godín, defensa sólido y de trabajo sucio toda la temporada, pero que, a pesar de hacer ese esfuerzo solidario pero no muy vistoso, se instala en la historia rojiblanca como el autor del gol de la Liga. Cosas del fútbol. Cosas de este Atlético en el que todo ha sido inesperado, colosal, abrumador.