Hubo que esperar hasta el último partido de Liga para que dos ciudades entrasen en ese estado de depresión primaveral, que supone asimilar que el año que viene el foco de la Primera División no pasará por casa. Valladolid y Osasuna firmaron su descenso a la Liga Adelante en una jornada que confirmó las malas sensaciones de pucelanos y navarros, que echaron en falta los puntos perdidos semanas atrás.
Osasuna comenzó convencido de que podía ganar el Betis y los resultados de los otros partidos le podían favorecer. Apenas 12 minutos tardó Oriol Riera en adelantar al cuadro local ante los sevillanos. Sin embargo, la alegría se tornó en susto cuando una avalancha de aficionados dejó 40 heridos sobre el césped de El Sadar y 35 minutos de suspensión del choque. Ese retraso obligó a demorar el comienzo de las segundas partes de todos los partidos y los aficionados tuvieron que convivir 40 minutos más con esa mezcla de esperanza y pesadumbre, que deja todos los años la pelea por el descenso.
Antes de que en el resto de campos se conociese lo sucedido en Pamplona, el Getafe logró adelantarse en Vallecas con un tanto de Marica. La tranquilidad viajó hasta el banquillo del Granada cuando Mitrovic adelantó a los andaluces con un gol en propia puerta en una jugada ensayada un minuto después. En 120 segundos, la complejidad de la situación de Valladolid y Osasuna había pasado a ser máxima.
Con el golpe de los resultados, tuvieron más tiempo del habitual para preparar la segunda mitad, mientras en El Sadar llegaban al descanso. Pucela se preparó para dar el último empujó a su equipo frente al ordenado Granada y, en Pamplona, Acuña logró el segundo tanto de su equipo para poner toda la atención en los transistores.
Y pudo cambiar la situación. El Athletic perdonó al Almería (0-0) y el Rayo se envalentonó ante un Getafe desquiciado. Los vallecanos lograron el gol del empate gracias a Trashorras y rozaron la remontada, con gol anulado incluido. En El Sadar esperaban el favor del conjunto de Paco Jémez, que finalmente nunca llegó, y en Valladolid la impotencia se apoderó del equipo de Juan Ignacio, atascado ante el Granada.
La tarde de transistores se agotó cuando Chica marcó para el Betis en Pamplona (2-1), Marica cerró el triunfo del Getafe en Vallecas (1-2) y el Almería certificó su empate (0-0) frente al Athletic. Las lágrimas empañaron el José Zorrilla cuando el cuadro local, hundido e incapaz, claudicó ante el Granada (0-1). Y la última jornada volvió a vivir el contraste de la alegría de Getafe, Almería y nazaríes con la tristeza de Valladolid y Osasuna. Pucela y Pamplona tendrán que soportar el trauma del descenso para empezar a soñar con volver a Primera.