Tras empatar a uno en el Calderón ante el Málaga, el conjunto rojiblanco se jugará la Liga en el Camp Nou. Diego Costa fue el gran ausente y tuvo que quedarse en la grada.
Willy Caballero, Adrián, el minuto 95 y una mano extraordinaria. Esa combinación se convirtió en la protagonista absoluta de lo que llevamos de Liga porque si cambiamos la parada por el gol, el campeón liguero a estas horas sería el Atlético de Madrid. Cinco minutos pasaban del 90 cuando los corazones de los aficionados rojiblancos y también de los seguidores azulgranas se detuvieron. Cuando volvieron a latir, unos se lamentaron mirando al cielo pidiendo una explicación mientras otros lo hacían para dar las gracias. Hay Liga y ¡qué Liga!.
Eliminando a un Real Madrid rendido de la ecuación, las cuentas para conocer al campeón quedan perfectamente claras y sin ninguna complicación: si el Atlético no pierde en Barcelona es campeón. Dos combinaciones de tres darían la gloria al equipo de Simeone, pero el Tata Martino y sus hombres buscarán la redención con una última victoria ante su público. Será su última bala y disponen de ella porque el Calderón se quedó a medias.
Alderweireld, de villano a héroe
No es una papeleta fácil sustituir en el eje de la zaga a un jugador tan imprescindible como Godín, pero la sanción del central uruguayo puso toda la responsabilidad sobre los hombros de Toby Alderweireld. En diez minutos, viviría la parte negativa y la parte positiva de ser futbolista profesional.
Corría el minuto 65 cuando un balón aparentemente fácil se convirtió en un error de Alderweireld, una mala salida de Courtois y un gol en dos toques de Samu. El Calderón enmudeció y se quedó mirando al zaguero belga. Hizo bien porque diez minutos después puso el balón en la red con un buen cabezazo y desató la locura en la grada. De 100 a 0 y de 0 a 100 en pocos minutos y quedan 90 en el Camp Nou. Preparen los corazones.
Un gol lo cambiaba todo
Con los transistores en la oreja y con el corazón en un puño. Así vivió la hinchada rojiblanca la recta final del Atlético de Madrid-Málaga. El empate a uno no le servía al conjunto rojiblanco salvo que el Elche marcara el 1-0 en el Martínez Valero. Algún que otro amago de celebración hubo en la grada, pero rápidamente se volvió a la calma. Era una falsa alarma, el Elche no había marcado. Tampoco lo hacía el Atlético y la afición abandonó la ribera del Manzanares con la sensación de no haber tenido a la diosa fortuna de su parte.
Sosa, Luis Aragonés y una vendetta
Adrián no fue el único que tuvo el gol de la victoria en sus botas. Sosa y una falta al borde del área también congelaron el tiempo en el Calderón. El disparo se fue fuera por centímetros tras un golpeo espoleado por los cánticos del fondo sur al desaparecido Luis Aragones. La falta homenaje a don Luis tendrá que esperar otro momento mágico.
Ya no hay vuelta atrás ni ocasiones de las que lamentarse. El Atlético debe empatar o ganar en el Camp Nou para ser campeón y allí los rojiblancos pueden quitarse una espinita que tienen clavada desde 2010. En territorio azulgrana perdieron una final de Copa ante el Sevilla, que será recordada por la incansable demostración de apoyo de la afición rojiblanca tras perder. Ese día se lloró de tristeza, pero el sábado 17 de mayo buscarán llorar de alegría.