El Real Madrid llega lanzado al clásico del domingo contra el Barcelona en el Santiago Bernabéu. Los blancos no conocen la derrota desde el pasado 26 de octubre, cuando cayeron precisamente contra los azulgranas en el Camp Nou, en partido correspondiente a la décima jornada de Liga. Los azulgranas, por su parte, llevan cinco en ese tiempo y han visto cómo el eterno rival les ha acabado arrebatando el liderato.
El último clásico del Camp Nou fue el punto de inflexión para la evidente mejoría de este Madrid, que aquel 26-O jugó con Sergio Ramos como mediocentro. Una decisión que le costó numerosas críticas a Carlo Ancelotti.
Con la recuperación de Xabi Alonso, el técnico italiano ha dado con la tecla y, siempre con el 4-3-3 por bandera, ha encontrado el anhelado equilibrio del equipo, especialmente en un centro del campo que anteriormente quedaba cojo sin el tolosarra. El internacional español, con Modric como pareja de baile, lidera un mediocentro en el que Di María también desarrolla un papel fundamental, robándole la titularidad a Isco, a quien no se termina de ver forma y que no parece encajar en los esquemas de su entrenador.
Y arriba, la temible BBC. Ese tridente demoledor formado por Karim Benzema, Gareth Bale y Cristiano Ronaldo. Entre los tres llevan 76 goles -cincuenta de ellos en Liga- y 34 asistencias. Unas cifras de escándalo que asustan a cualquiera.
Desde aquel 26 de octubre, los blancos han disputado 31 partidos entre todas las competiciones (Liga, Champions y Copa del Rey), con un balance de 26 victorias, cinco empates y ninguna derrota. En total, 89 goles a favor y 20 en contra (+69). Sencillamente brutal.
Los azulgranas también han jugado 31 partidos después de haberse medido al Madrid en su feudo, con un saldo de 23 triunfos, tres empates y cinco derrotas (ante Ajax, Athletic de Bilbao, Valencia, Real Sociedad y Valladolid). En estos últimos 31 encuentros, el equipo del Tata Martino presenta un balance de 90 goles a favor y 24 en contra (+66).
Números similares que auguran un clásico igualado y vibrante este domingo. El ganador se cargará de moral: si es el Madrid el que suma los tres puntos, habrá dado un golpe casi decisivo a la Liga al distanciarse a siete puntos del Barça -siempre con permiso del Atlético de Madrid, que cuatro horas antes visitará al Betis en el Benito Villamarín-; si son los azulgranas los que se llevan el gato al agua, demostrarán que aún estarían muy vivos en la lucha por el título, cuando aún restarían nueve jornadas para el final.