Solo necesitó dos minutos el Atlético de Madrid para sacar tres puntos vitales de su visita a Vigo, recuperar a Villa para la causa, aprovechar la derrota del Barcelona en Valladolid y seguir manteniendo la presión sobre el Real Madrid por el liderato de la Liga. En esos 120 segundos, los rojiblancos resolvieron un choque que amenazaba con convertirse en otro traspiés.
Porque a los hombres del Cholo Simeone les costó hacerse con las riendas del partido. El técnico apostó por Alderweireld, Diego y Villa para cubrir las bajas de Godín, Arda Turan y Diego Costa y su equipo tardó en encontrarse cómodo sobre el terreno de juego. Mientras el Celta seguía a rajatabla sus pautas, a los colchoneros les costó tomar el pulso del partido. Por eso, los primeros acercamientos fueron de los gallegos, que superaban con facilidad la primera línea de presión de su rival aunque no conseguían presentarse en el área con claridad.
La primera parte derivó en un choque pleno de ritmo y nervioso con dos equipos que apostaron por golpear con disparos lejanos. Ahí se hicieron fuertes los dos guardametas, que resolvieron todo lo que les llegó. Oubiña y Alex López mandaron sendos disparos cerca de la portería de Courtois y Yoel se tuvo que lucir en la mejor jugada del Atlético en la primera mitad, cuando sacó el disparo cruzado de Koke después de una gran combinación con Villa. El paso de los minutos les sentó mejor al Celta que supo llevar la iniciativa y, en algunos compases, soñó con reavivar de golpe las dudas del Atlético en el último mes. La orquesta de los madrileños no terminaba de sonar afinada.
Cambio de actitud
Sin embargo, los rojiblancos no cambiaron ni una letra del guión más clásico de Simeone, ese que indica que el camino para jugar fuera de casa cuando no estás a pleno rendimiento, pasa por vivir tranquilo en tu área, madurar el partido, dejar que tu rival se abra y golpear con precisión cuando se dé la ocasión. El paso por vestuarios devolvió un Atlético más ambicioso, las ideas estaban más claras, Diego ya no andaba perdido y los colchoneros cogieron el mando.
Al Celta, la transformación del Atlético le cogió con el pie cambiado y empezó a encontrar problemas para sacar el balón jugado. Y fruto de la presión de los visitantes llegó el error de Jonny. El lateral zurdo convirtió un intento de cesión hacia Fontás en un pase en profundidad perfecto para la carrera de Villa, que se adelantó y definió a la perfección ante Yoel. El asturiano apenas había aparecido, sabe que los años y las lesiones pesan más que nunca, pero no ha perdido el oficio de delantero y el olfato para oler la sangre a distancia.
Para Villa, cada choque es un examen antes de que Vicente del Bosque dé la lista para el mundial y, dos minutos después, aprovechó el regalo de Sosa – que había sustituido a Koke- para recoger el balón en el punto de penalti y fusilar a Yoel. El golpe, directo a la mandíbula del Celta, despertó definitivamente al Atlético. Los gallegos trataron de levantarse de la lona, conscientes de que el descenso vuelve a estar cerca, pero los visitantes adormecieron, sin apenas sobresaltos, la última media hora del encuentro y sumaron un triunfo, para recordar que siguen peleando por una Liga a la que parece haber renunciado el Barcelona.
Ficha técnica
Celta de Vigo, 0: Yoel Rodríguez; Hugo Mallo, Cabral, Fontás, Jonny; Alex López Oubiña, Krohn-Dehli (Madinda, min.73); Nolito, Orellana (Augusto Fernández, min.59) y Charles (Santi Mina, min.68).
Atlético de Madrid, 2: Courtois; Juanfran, Miranda, Alderweireld, Filipe Luis; Diego Ribas (Cristian Rodríguez, min.73), Gabi, Mario Suárez, Koke (Sosa, min.59); Raúl García y Villa (Adrián, min.83)
Goles: 0-1, m.63: David Villa. 0-2, m.64: David Villa.
Árbitro: Mateu Lahoz (colegio valenciano). Mostró tarjeta amarilla a Charles (min.18) por parte del Celta de Vigo, y a Gabi (min.7), Mario Suárez (min.30), Miranda (min.66) por parte del Atlético de Madrid.
Incidencias: Partido de la vigésima séptima jornada de la liga BBVA disputado en el estadio municipal de Balaídos ante 24.539 espectadores, según anunció el club gallego. Se guardó un minuto de silencio en memoria de Antonio Hidalgo, ex jugador del Celta.