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Paseo dominical del Real Madrid en Getafe

El conjunto blanco respondió a los contundentes triunfos de Barcelona y Atlético con una nueva goleada que mantiene a los tres empatados a puntos.

Los jugadores del Real Madrid celebran el gol de Modric. | Cordon Press

Hay veces que da igual las vueltas que le des a un partido, las estrategias que plantees, la velocidad que le quieras imprimir al juego. Hay veces que la calidad del rival te mata sin que te des cuenta. Estoy pensando en Luis García, técnico del Getafe, que pensó mucho cómo combatirle al Real Madrid, cómo hacerle daño. Sin darse cuenta, quizá, de que en el minuto 4 un chaval irreverente con ganas de destronar a todos hizo un golazo de bandera. Y sin darse cuenta, tampoco, de que un francés al que negaban esfuerzo y calidad, se inventó un control de otra galaxia para marcar otro golazo de escándalo. 0-2 en 25 minutos de partido.

Jesé y Benzema le demostraron a Luis García, que las tácticas ante rivales superiores suelen tirarse a la basura según empiezas el partido. Da igual las vueltas que le hayas dado a la cabeza. Es una temeridad creer, a estas alturas, que le puedes hacer daño, siendo el Getafe, a un mastodonte como el Madrid.

Quizá lo pague con su puesto pero Luis no tiene culpa de la lamentable actitud de algún jugador en el día de ayer, de las lamentables concesiones en el juego, de la desidia, de creer que en el Getafe estás acomodado -que lo creen muchos-. Eso es un error fatal en el fútbol y este equipo, al que con suerte van mil personas a verle cada fin de semana. Es un equipo fantasma en la Liga. No hay presión, porque la presión es otra, la presión la sientes en un equipo con historia, con carisma. Y el Getafe no es un equipo así porque no tiene casi aficionados.

Dicho esto estaría bien, como hemos mencionado, no restarle ni un ápice de grandeza a la victoria del Madrid, que fue 0-3 y no quiso el Real que fuera de 0-8 porque méritos hizo ante un cadáver andante. Pero este Real Madrid es un equipo que parece más fuerte que sus rivales por la Liga. Por lo menos, ahora. Es un equipo con un Modric imperial, con un Jesé que tiene hambre, con una pareja de centrales muy comprometida. Y sin Cristiano, que el día que vuelva, hará de las suyas. El Madrid, en definitiva se dio un paseo de domingo, tan plácido que no pasó ni frío en este febrero traicionero que estamos teniendo en la capital.

El Barça devora al Rayo

El Barça es el líder y ganó el otro día de sobra a un Rayo Vallecano que, como esperábamos, salió al Camp Nou a comerse al Barcelona o al menos a quitarle la posesión. El resultado es que salieron devorados por un león con un hambre feroz. Un equipo que ha hecho diez goles en los últimos dos partidos y que encara con un matiz distinto el encuentro de Champions ante el Manchester City. Hace tres semanas veíamos a un Barça eliminado; ahora no está tan claro.

Messi hizo dos goles, Neymar consiguió uno descomunal y el Barcelona está otra vez con esas sensaciones muy cercanas a apisonadora. Bueno para el conjunto azulgrana que encara un tramo complicado. Manchester el martes, San Sebastián el sábado.

Ganó el Atlético de Madrid que llevaba atascado unos partidos. Derrota en los derbis coperos y en Almería. El otro día ante el Valladolid solventó todo en cuatro minutos con una jugada de estrategia y un gran gol de Diego Costa. Ya está, a dormir. Los 86 minutos restantes no existieron y el Valladolid no prestó atención al choque, como si no fuera con ellos. Un equipo que lo puede pasar mal este año. Veremos.

Vimos también el hundimiento del Betis, que volvió a perder esta vez en Granada y un empate insulso entre Sevilla y Valencia. Y vimos la gran victoria del Celta en Villarreal. Pero sobre todo vimos que sigue habiendo imbéciles en el fútbol. Un aficionado que tira un bote de gas lacrimógeno al césped. O sea, el colmo del absurdo. Una idea de en lo que se está convirtiendo, gracias a algunos, el fútbol español.

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