El Real Betis volvió a dar este domingo otro paso en falso con su derrota (1-2) ante Atlético Osasuna y se coloca al borde del abismo ante un rival que toma oxígeno a su costa y que se aleja de la quema.
Un nuevo error en la línea defensiva, con gol de Torres (m.1), condenó a un Betis presa de los nervios y que dio enormes facilidades a un Osasuna que se dedicó a verlas venir y a jugar con tranquilidad para esperar su ocasión de sentenciar.
La presencia de Leo Baptistao fue un aliciente en el estado anímico de la hinchada y equipo verdiblanco, pero el brasileño no pudo hacer muchos milagros. Aunque es cierto que las mejores -y únicas- oportunidades del primer tiempo estuvieron de su parte, las más claras a los 5 y 27 minutos, con intervenciones del meta Andrés Fernández.
Además, la expulsión de Nono -por doble amarilla- puso aún más grilletes a las opciones de un Betis que se fue diluyendo hasta ser presa fácil de un Osasuna que, por su parte, tampoco tuvo demasiada ambición.
El segundo tiempo fue casi calcado, con errores béticos y cómo no también la mala suerte porque el 0-2 (m.56), llegó en remate de Jordi al tratar de despejar un centro rival.
Pudo cambiar la decoración algo pocos minutos más tarde, con la expulsión del meta Andrés Fernández, por derribo a Rubén Castro en el área. El penalti lo mandó al travesaño el delantero canario del Betis.
Chuli, a pase de Jorge Molina, pudo reducir las diferencias, pero lo evitó Riesgo con una palomita. Con un Betis volcado, que no por buen juego sino por el repliegue de su rival, posibilitó que el conjunto navarro pudiera sentenciar como en la oportunidad de Acuña (m.92+) que desbarató Andersen.