El jefe de los servicios médicos del Real Betis, Tomás Calero, ha dicho que el defensa francés de origen polaco Damien Perquis estará "con la boca cerrada unos cincuenta días" después de la operación a la que se ha sometido este lunes a causa de la doble fractura de mandíbula que se produjo este domingo durante el derbi andaluz de La Rosaleda ante el Málaga (3-2).
De este modo, Calero ha adelantado que Perquis deberá "modular muy bien las cargas de trabajo porque perderá kilos", aunque espera "que no más de cuatro para que cuando vuelva a entrenar, no empiece de cero".
El doctor verdiblanco ha indicado que "el traumatismo fue grandísimo, ha sido la conmoción craneal más fuerte que" ha "visto" en sus "años como médico" y ha indicado que "no es agradable ver a un jugador en una situación tan extrema". "No sabíamos dónde había recibido el golpe. Pasamos una hora de angustia bastante importante porque hasta pasados unos 35 minutos el jugador no tuvo una lucidez completa", ha añadido Calero quien ha agradecido "al Málaga y al Hospital Carlos Haya por el servicio tan exquisito que brindaron".
Por su parte, Fernando Manso, el cirujano máxilo facial que ha practicado la operación, ha informado de que Damien Perquis padece "una doble fractura mandibular que no es muy habitual", aunque "la intervención ha ido bien" porque se ha "podido reducir la factura con unas plaquitas. En una semana se le podrá retirar el bloqueo dental".
Manso ha corroborado que Perquis "tendrá que alimentarse con cosas trituradas" y ha relatado que "el jugador estaba nervioso antes de la intervención" pero espera que "en tres o cuatro días esté en casa y dentro de seis semanas, haya terminado todo".
Perquis resultó lesionado en el partido ante el Málaga, en el estadio de La Rosaleda, cuando el delantero camerunés Fabrice Olinga chocó con el defensa bético, quien, a consecuencia del traumatismo, quedó inconsciente, aunque posteriormente recuperó la consciencia en el hospital malagueño.