Las aguas bajan revueltas en el Betis. La derrota ante el Atlético de Madrid en el Vicente Calderón (5-0) ha dejado al equipo andaluz en puestos descenso y esto no ha sentado bien entre sus aficionados. Un grupo de ultras interrumpió el entrenamiento del equipo y exigió hablar con Pepe Mel y los capitanes del equipo.
Unos 25 radicales esperaron junto al césped hasta que el entrenador y los jugadores accedieron a hablar con ellos durante unos minutos. La sesión estuvo marcada por la división entre los aficionados que acudieron a ver el entrenamiento. Parte de la afición ovacionó al equipo, tal y como había pedido Pepe Mel, pero otro sector insultó a los jugadores y la dirección deportiva del club.
Tras acabar la sesión, cinco representantes de los ultras del equipo se reunieron con el preparador y los capitanes dentro del vestuario para hablar de la situación que atraviesa el equipo. Los verdiblancos, que son antepenúltimos con ocho puntos, han marcado como vital el duelo ante el Levante.