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El Barça se lleva un clásico trepidante y cargado de polémica ante el Real Madrid

Cuando peor lo pasaba su equipo, el chileno acabó sentenciando un partido en el que Undiano escamoteó dos posibles penaltis a favor del Madrid.

Duelo de titanes en el Camp Nou, en un clásico que se ha teñido de azulgrana para romper la buena racha del Real Madrid en sus últimas visitas a este estadio. El partido más esperado del año empezó frío, con claro dominio del Barcelona sobre un conjunto, el de Carlo Ancelotti, que anduvo perdido y apenas daba señales de vida. Afortunadamente para el espectáculo, el choque cambió tras el descanso, al que se llegó con ventaja local gracias al solitario tanto de Neymar.

El Barça pegó un bajón físico y dio un balón de oxígeno que el Madrid no dudó en aprovechar. Los blancos tuvieron ocasiones para haber empatado el clásico, entre ellas un disparo de Benzema -hoy suplente- que se estrelló contra el larguero, pero lo que acabaría llegando fue el segundo, obra de Alexis con una espectacular vaselina desde fuera del área. Ahí pareció quedar sentenciado el clásico, aunque los blancos dieron un último arreón y lograron acortar distancias con el tanto de Jesé, ya en el minuto 90. No dio tiempo para más y el Barça sumaría tres puntos que le permiten ponerse con una ventaja de seis sobre el Madrid cumplido el primer cuarto del campeonato.

Protagonista del choque fue también el árbitro Undiano Mallenco. El navarro, otrora el mejor árbitro de la Liga, tuvo una actuación bastante polémica al no señalar dos posibles penaltis a favor del Madrid: uno antes del descanso por mano de Adriano y otro por un empujón de Mascherano a Cristiano Ronaldo dentro del área. También los culés reclamaron sin éxito una pena máxima por posible pisotón de Pepe a Cesc Fábregas.

La revolución de Ancelotti

Saltó la sorpresa una hora antes del inicio del partido al conocerse la revolucionaria alineación del Madrid: Ancelotti decidía poner a Sergio Ramos de mediocentro y a Gareth Bale de nueve, dejando en el banquillo a Illarramendi y el desatinado Benzema. En las filas culés, Cesc Fábregas fue la apuesta del Tata Martino en detrimento de Alexis, mientras que Mascherano y Piqué, tras superar sus molestias en los isquiotibiales, se mantuvieron en el centro de la defensa.

No tardó el Barça en hacerse con la posesión de la pelota y en buscar las cosquillas a la defensa blanca, que empezó con mucha intensidad y apenas concedía espacios. Pero está claro que ante genios como Iniesta y Neymar, cualquier error, por mínimo que sea, lo puedes acabar pagando caro. Superado el primer cuarto de hora, el manchego encontró un pasillo por el centro y habilitó para el 11 azulgrana, que se fue de Carvajal con un tanto de fortuna y acabó batiendo a Diego López con su disparo.

Se ponía por delante en el marcador el equipo de Martino, que se benefició además de lo desnortado que estuvo su rival en la primera parte. Pronto se comprobó que Sergio Ramos no es mediocentro y que el experimento de Ancelotti ofrecía dudas. El sevillano vio pronto una amarilla que acabaría condicionándole, mientras que Modric, el único futbolista con calidad en el centro del campo madridista, apenas recibía balones y se veía superado con los culés. Quienes tampoco lograban rascar bola fueron Cristiano Ronaldo y Di María, y mucho menos aún Bale. El galés, la gran novedad en el once de Carletto, jugó alejado de la banda, donde sí puede explotar más sus habilidades. Los experimentos se hacen con gaseosa, no en una plaza de tanta enjundia como el Camp Nou.

Seguía perdido el Madrid ante un Barça superior, que tuvo una buena ocasión en las botas de Messi -tras ganarle la espalda a Marcelo, el argentino, que parece no haberse recuperado plenamente de su lesión al mostrarse más lento de lo habitual, se plantó ante la portería rival y acabó cruzando en exceso ante Diego López-, pero aún así logró dar un susto a la parroquia azulgrana justo antes del descanso. Cristiano, hasta entonces inédito, puso un buen balón desde la izquierda y Khedira lo remató en boca de gol, pero entre Valdés y Adriano lograron desbaratar la ocasión. Pese a ser involuntaria, la mano del lateral brasileño fue clara y decisiva a la hora de cortar una jugada de evidente peligro. Pero Undiano no pitó -o no quiso pitar- el penalti, y al descanso se llegaba con la ventaja azulgrana.

Del sopor a la acción

El partido estaba siendo malo, pero afortunadamente para el espectáculo, la cosa cambió en la segunda mitad. El Barça no está bien físicamente y dio un bajón que el Madrid no tardó en aprovechar. Era difícil que los blancos no mejorasen, vista su inoperancia en el primer acto. Ramos seguía perdido como mediocentro y, nada más comenzar la segunda mitad, se jugó la expulsión con una dura entrada sobre Iniesta que bien pudo costarle la segunda cartulina. Khedira estaba yendo a más y, como en la selección alemana, jugó con más libertad, abandonando su posición habitual de mediocentro y actuando más como llegador. Suya fue la primera aproximación blanca al área de Valdés: el germano colgó un balón al segundo palo, que Bale peinó de cabeza hacia atrás, pero no encontró rematador.

Empezaba a pasarlo mal el Barça ante un Madrid que se venía arriba -sobre todo a raíz de la entrada al campo de Illarramendi por Ramos para devolver el orden al centro del campo- y quería el empate. Cristiano avisó con un disparo seco que desbarató Valdés con una gran parada, mientras que Neymar -después de su brillante primera mitad, el brasileño acabaría teniendo muchas dificultades para superar a un Carvajal que cumplió con nota- tuvo en sus botas el segundo, aunque Diego López se lució con una intervención providencial. El clásico estaba abierto y cualquier cosa podía pasar, aunque ya se sabe que en esas vicisitudes, debido a su condición de equipo letal al contragolpe, los blancos tienen las de ganar.

Se vislumbraba, pues, el empate, y más aún cuando Benzema, que entró al campo por Bale, probó fortuna con un chutazo desde fuera del área que se estrelló en el larguero. Pero lo que acabaría llegando fue el 2-0, a los 78 minutos. Alexis, sustituto de un Cesc que aportó más bien poco, se plantó en la frontal del área ante Varane. El chileno no pudo con el joven central francés, pero sí con Diego López, que se equivocó al salir de su portería a destiempo, y superó al portero gallego con una exquisita vaselina desde 25 metros. Un golazo que hizo enloquecer al Camp Nou, viendo que la victoria estaba muy cerca.

El Barça pasó a controlar la pelota y pudo ampliar la ventaja, después de una gran acción de Dani Alves, con caño a Cristiano incluido, desbaratada por Diego. Pero el Madrid no se rindió y acabaría consiguiendo acortar distancias. Con el clásico llegando a su fin, Ronaldo condujo con rapidez una contra y le sirvió un balón perfecto a Jesé que convirtió en gol. Eso sí, el tanto del canario, que un cuarto de hora antes había salido al campo por Di María, llegó demasiado tarde, en el minuto 90.

Al final los blancos, en un nuevo empuje de raza, acabarían muriendo con las botas puestas ante un Barça que, con esta nueva victoria -la novena en un campeonato por ahora prácticamente inmaculado al haber pinchado sólo la semana pasada en Pamplona con un empate sin goles-, pone tierra de por medio en la clasificación.


Ficha técnica

FC Barcelona, 2: Valdés; Dani Alves, Piqué, Mascherano, Adriano; Busquets, Xavi, Iniesta (Song, m.77); Cesc (Alexis, m.70), Messi y Neymar (Pedro, m.84)
Real Madrid, 1: Diego López; Carvajal, Pepe, Varane, Marcelo; Ramos (Illarramendi, m.56), Khedira, Modric; Di María (Jesé, m.76), Cristiano Ronaldo y Bale (Benzema, m.61).

Goles: 1-0, m.19: Neymar; 2-0, m.78: Alexis; 2-1, m.90: Jesé
Árbitro: Undiano Mallenco (Comité navarro). Mostró tarjeta amarilla a Busquets (m.7) y Adriano (m.35), del Barcelona; y a Sergio Ramos (m.14), Bale (m.45), Khedira (m.59), Marcelo (m.64) y Cristiano Ronaldo (m.80), del Real Madrid
Incidencias: Partido correspondiente a la décima jornada de la Liga BBVA disputado en el Camp Nou ante 98.761 espectadores. En el palco se encontraban presentes, entre otros, el presidente de la Generalidad de Cataluña, Artur Mas; y el alcalde de Barcelona, Xavier Trias

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