El Espanyol sacó los colores de un desorientado Valencia y se hizo con un contundente triunfo (3-1) que hace saltar las alarmas en los de Miroslav Djukic. Los valencianistas se perdieron en un choque en el que nunca estuvieron cómodos y demostraron un fútbol pobre y sin ritmo, que siembra dudas y deja la sensación de que le queda mucho trabajo por hacer. Por su parte, el Espanyol gana la tranquilidad necesaria que le hace saber que, de momento, los puestos de descenso están lejos.
El Valencia trató de comenzar ganando el timón del partido pero, incapaz de tener el control del balón, se perdió entre sus propias imprecisiones. En este contexto, el Espanyol comenzó el choque sin complejos y con ganas de agradar a su afición en su primer encuentro en casa. Los catalanes consiguieron encerrar a los valencianistas en su área y dispusieron de varias ocasiones en los primeros compases para decantar el marcador a su favor.
No obstante, los visitantes hicieron gala de su condición de favoritos y, sin haber trenzado ninguna jugada, consiguieron conectar tres toques demoledores para su rival. Ramí puso un balón desde la banda derecha al interior del área, Jonas recepcionó de forma impecable en balón y lo dejó para que Postiga batiese a Casilla. Sin merecerlo, los valencianos se encontraron con el choque a favor y el arma del contragolpe para atacar a su rival.
Lejos de acusar el gol, el Espanyol siguió imprimiendo ritmo a su juego y convirtió la primera parte en un monólogo blanquiazul, en el que la falta de acierto en ataque les privaba del empate. Tuvo que ser un centrocampista, David López, a la salida de un córner, el que marcase el gol del empate. El canterano se adelantó en el primer palo a Mathieu y colocó un certero cabezazo en la escuadra de Diego Alves, para volver a igualar el partido. Sin apenas recursos para mantener la posesión y con escasez de ideas en ataque, el Valencia no solo no reaccionó sino que siguió cediendo terreno a su oponente que, sin tener grandes ocasiones, siempre dio la sensación de poder marcar antes del descanso.
Lo que no pudo hacer en el tramo final de la primera parte, lo consiguió el Espanyol nada más comenzar la reanudación. Stuani conectó un buen remate de cabeza en una falta lateral lanzada por Fuentes y el balón se coló en el arco de Alves, tras tocar en el palo. El conjunto local recibía el premio a su insistencia y conseguía la dosis de relajación que necesitaba, ante un desdibujado Valencia.
El resto de choque se fundió en los infructuosos encuentros de un Valencia que sigue sin encontrar un patrón de juego claro. El Espanyol aprovechó para cerrar líneas y se limitó a esperar su oportunidad para sentenciar el choque. Y esta ocasión llegó de la mano de Thievy, que aprovechó una gran jugada de Lanzarote por la banda derecha para fusilar a Diego Alves y firmar el final del partido ante un desconocido Valencia.