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Atlético de Madrid: mismo patrón, diferente resultado

En otros momentos de la temporada se compensaba su falta de brillo con oficio y pegada. Lo primero se mantiene y lo segundo brilla por su ausencia.

Astenia primaveral, fenómeno que ocurre con la llegada del buen tiempo y que produce cansancio, agotamiento, decaimiento o falta de energía para realizar la actividad habitual de una persona. Así parece estar la plantilla del Atlético de Madrid. Con o sin Arda Turan, al conjunto rojiblanco le falta algo. Puede que no genere juego, pero en otros períodos de la temporada compensaba su falta de brillo con oficio y pegada. Lo primero se mantiene la mayor parte del tiempo, aunque lo segundo brilla por su ausencia.

En Getafe, plaza fría por el ambiente, se vio un episodio más del quiero y no puedo colchonero. Falcao, delantero insaciable, tuvo tres y falló tres. No se pone en duda su calidad goleadora, pero no anda bien. En la primera oportunidad, con todo a favor, se le vio blando y dubitativo en el remate, algo impensable en su estilo de juego. Más tarde fue Adrián el que pudo cambiar el guión del partido y tampoco estuvo acertado. Regateó bien y finalizó mal, algo parecido a lo que le pasa al Atlético porque el equipo de Simeone regatea bien y remata mal.

Sin gol no hay victorias y sin victorias, los rojiblancos sufren. Simeone ha creado un grupo comprometido con el triunfo y cuando no se suma de tres en tres crece la ansiedad, algo bueno en el aspecto del hambre por ganar, pero preocupante si no se sale pronto de esa vorágine. Una victoria en los últimos seis partidos duele, aunque los objetivos se vayan cumpliendo.

En medio de un partido oscuro apareció una pequeña luz. Y decimos pequeña porque, viéndole sobre el terreno de juego, uno se da cuenta de la juventud de Óliver Torres, algo que se olvida en el primer contacto de sus botas con el balón. Animó el encuentro y revivió al Atlético, pero cuando las cosas no salen como uno quiere todo tiende a fallar y un error de Miranda condicionó el encuentro. El brasileño perdió un balón y llegó el presunto penalti de Godín a Colunga. A partir de ahí, el Getafe creció, dos jugadores del Atlético acabaron expulsados y al final, por incapacidad de unos y desesperación de otros, todo acabó en tablas.

En sala de prensa apareció Simeone, tranquilo y sin prisas. El argentino no pierde la paciencia, pero se le nota que sin victorias le falta algo. Defendió a Falcao, elogió a Óliver y recordó los 62 puntos que acumula el Atlético. Se aleja la segunda plaza, pero paso a paso, punto a punto, se va cerrando la Champions y ése es el objetivo real del equipo de la ribera del Manzanares.

Quedan ocho partidos y una final. O nueve finales si valoramos la recta final con la mentalidad del Cholo. El próximo objetivo es ganar al Granada en el Calderón, pero, más allá de eso, lo que busca el equipo madrileño es recuperar el gol, más conocido como "Falcao", y sobre todo sensaciones. El patrón del equipo es el mismo que deslumbró en el primer tramo del curso y en lo que queda de temporada no hay tiempo para descansos

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