Messi y los palos permiten la victoria del Barcelona en su visita al Betis

A este Barcelona no hay quien le haga daño. Ni siquiera cuando el rival es superior. Porque hoy así fue, al menos durante buena fase del partido. Pero el triunfo terminó cayendo del lado azulgrana, que suma ya 14 victorias y un empate en 15 partidos de Liga, y no cede ante la presión del Atlético, por mucho que otro extraterrestre como Falcao lo intente.

Y decimos otro porque lo que ha hecho esta noche Messi ha sido, de nuevo, de otro planeta. El argentino fue el encargado de darle la victoria a los suyos con otros dos golazos, que le permiten además batir otro registro histórico. Bueno, el argentino, y los palos, porque hasta tres balones a la madera estrelló el Betis en el segundo tiempo. Escueta forma de decir que el conjunto andaluz mereció más fortuna.

Media hora del Barcelona

Y eso que la primera media hora fue de claro color azulgrana. No se dejó amedrentar por un estadio donde, recordemos, caía hace 15 días el Real Madrid, y desde el principio se adueñó del partido. Sin demasiada profundidad, eso sí, pero qué más da cuanto en tu equipo tienes a Messi. El argentino se inventó una jugada a los 15 minutos que terminó en el primer tanto del encuentro.

El tanto dejó tocado al Betis, que no supo reaccionar. Y por eso, antes de la media hora, de nuevo Lio Messi veía portería. Lo hizo con un buen disparo tras una mejor asistencia de tacón de Iniesta. Con ese tanto, el argentino superaba, por fin, a Torpedo Muller como futbolista que más goles ha logrado en un año natural en la historia del fútbol. 86 lleva de momento. Casi nada. Irrepetible.

Reacción bética

Fue en ese momento, curiosamente, cuando reaccionó el Betis. Quizá porque estaba sufriendo un severo correctivo en su estadio, y pensó que qué más daba perder ante el Barcelona, que lo que había que hacer era disfrutar de este partido. Y sólo entonces se lanzó de verdad a por el partido. Contó, también, con una genialidad de Vadillo, que asistió a Rubén Castro para que el canario les metiera de nuevo en la batalla justo antes del descanso.

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La segunda parte fue una exhibición verdiblanca. Suena extraño, tratándose del Barcelona quien es el rival, pero así fue. Los Beñat, Cañas, Vadillo, Pozuelo –que entró en el segundo tiempo- se vinieron arriba, y consiguieron poner en aprietos a los de Vilanova como en pocas ocasiones se han visto.

Tantos, que de no ser por la madera, el resultado hubiera sido otro. Primero, al poco de regresar del vestuario, con un extraño disparo que a punto estuvo de comerse Valdés; después Cañas a remate de cabeza tras saque de esquina; y finalmente Pozuelo con un disparo cuando el choque encaraba su recta final. Fueron tres oportunidades de oro para, por lo menos, empatar un choque en el que los de Mel salen muy reforzados pese a la derrota.