Y es que desde el principio el equipo aragonés estuvo mejor y más asentado en el campo, mientras que el Villarreal jugó mal y muy lejos del juego que venía demostrando en jornadas anteriores. Así comenzó movida la primera parte con dos equipos que no salieron a esperar y buscaban las áreas. Y a los diez minutos ya había avisado el Huesca con un disparo de Borja que pararon entre Mario y Juan Carlos.
Y un minuto después Senna alojaba el balón en la portería, con un disparo de falta perfecto que ponía el uno a cero. Con el gol los locales se asentaron en el campo y dominaban la pelota con tranquilidad, pero este dominio duró diez minutos. Se sucedieron así minutos de pocas llegadas al área y en los que no se generaban ocasiones con un juego espeso, sobre todo de los locales. Tan sólo disparos lejanos que no encontraban puerta, ni por un lado, ni por el otro.
Hasta la media hora, cuando en un centro al área llegó en el segundo remate entre los tres palos el gol del Huesca, en un centro al área que remataba solo David López de cabeza para empatar. Así, volvía a empezar todo de nuevo, pero se notaba que el Villarreal no estaba cómodo y era el Huesca el que manejaba el juego y el ritmo de partido. En una contra, el Huesca tuvo, en el minuto treinta y cinco, la opción de ponerse por delante con un disparo de Sergio Díaz. Y es que los de Julio Velázquez perdieron la posesión de la pelota, lo que daba el control a su rival. Así pasaron los minutos, donde el Huesca fue el auténtico protagonista de la los últimos veinte minutos de la primera parte.
En la segunda parte el Villarreal cambió su dibujo, dejando el 4-1-4-1 y volviendo al 4-4-2 con la entrada de Toribio en el campo por Canteros. Así parecía que el partido se equilibraba y el domino del Huesca ya no era tan claro. Pero tampoco había claridad en el juego de un Villarreal nervioso, que no llegaba a controlar el juego con claridad. Sólo una contra al cuarto de hora mereció el gol para el Villarreal, pero el remate de Cavenaghi dio en el travesaño cuando se cantaba el gol.
Llegaron tras esa jugada los mejores momentos locales. Se acumulaban llegadas, pero sin llegar a rematar. Aprovechaba el técnico local para dar entrada a Pandiani y sacar ventaja del dominio de su equipo para tener más presencia en el área. Así, y por primera vez, parecía que el partido se decantaba del lado amarillo y se repetían las llegadas del equipo local al área.
Pero estas llegadas no eran tan claras y pasaban los minutos, con un Huesca bien parapetado. Sacó todo lo que tenía el Villarreal para buscar la victoria hasta el final, pero con poco fútbol, muy poco fútbol. Lo que propició un empate más que justo, que sin duda celebró el Huesca.
El Huesca araña un punto en El Madrigal
Villarreal y Huesca empataron en un mal partido de los locales frente a un buen rival que mereció, y mucho, puntuar en El Madrigal.
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