El diario El País publica este lunes una extensa entrevista con Leo Messi. El argentino, de una forma íntima, habla de fútbol y de la vida ahora que será padre en un mes. Los premios no le preocupan tanto como ser buena persona o como darle a su hijo todo para que sea feliz. Una felicidad que La Pulga ha encontrado en Barcelona, donde no piensa moverse en muchos años.
A falta de pocos meses para que se falle el Balón de Oro, Leo Messi no está preocupado por levantar su cuarto galardón, sino que está centrado en conseguir títulos con el Barcelona y, sobre todo, en ser recordado como una buena persona: "Prefiero ganar títulos con el equipo antes que premios individuales o meter más goles que nadie. Me preocupa más ser buena persona que ser el mejor futbolista del mundo. Además, al final, cuando se termine todo esto, ¿qué te llevas? Mi intención es que, cuando me retire, se me recuerde por ser buen tipo. Me gusta meter goles, pero también tener amigos entre la gente con la que he jugado. Es bueno que te valoren como persona, que tengan un buen concepto de ti más allá de meter muchos goles".
Si Messi es capaz de meter tantos goles es porque juega rodeado de los mejores jugadores del mundo, o, al menos, Leo lo ve así: "Mi suerte es haber caído en este Barça, en el que hay grandísimos jugadores. Me lo ha dado todo: los premios, los títulos, los goles, todo. Este es un equipo que ya entró en la historia por todo lo que ganó. Tengo la suerte de jugar aquí y de hacerlo con Argentina, donde tengo grandísimos futbolistas al lado".
Sin duda, a esa progresión también han ayudado Pep Guardiola y Tito Vilanova. Messi se deshace en elogios hacia ambos, pero sobre todo con Guardiola: "Fue espectacular. Más allá de lo que sabe como técnico, de que era un fenómeno por cómo analizaba los partidos y los preparaba. No creo que vaya a ver otro entrenador como él".
Eso sí, el argentino también está encantado con su nuevo entrenador: "Le conozco desde niño y llevábamos cinco años con él y con Pep. Me parecía que lo podía hacer muy bien. Miren, Tito fue el primero que me puso a jugar porque hasta ese momento era suplente o ni jugaba y fue él quien me hizo más o menos titular en aquella categoría [cadete]. Le conozco. Es una persona normal, abierta. Va de frente, dice las cosas a la cara sin problema. Eso me gusta", razona.
Le gusta menos hablar dentro del campo. Lo hace sobre todo con árbitros y rivales, pero muy poco con compañeros. Algunas de esas veces es para echar la bronca, como ocurrió con David Villa. Messi vuelve a quitarle hierro al asunto: "Ya dije que no busquen problemas donde no los hay, que miren a otro lado. Aquí no hay nada. Es un vestuario que funciona más allá de lo deportivo, espectacular. Hace tiempo que estamos juntos, pero resulta que el nivel humano de la gente es muy grande. No sabe nadie lo bien que lo pasamos. Y tras tantos años no es fácil".
El Real Madrid
Messi también ha hablado del eterno rival. Uno de sus preferidos es Iker Casillas, al que admira: "Tuve suerte y en los últimos clásicos pude marcar. Ojalá siga así. Iker es un grandísimo arquero, uno de los mejores. Le he metido goles, pero me ha parado muchas, muchas. Es muy bueno, muy rápido".
Sus mejores recuerdos de los clásicos son las semifinales de la Champions y cada partido jugado en el Santiago Bernabéu, un estadio que le gusta especialmente. Sobre Mourinho solo tiene buenas referencias: "No puedo hablar. No le conozco, no hablé nunca con él. Solo puedo hablar de lo que consiguió, que es mucho, muchos títulos. Sé que sus jugadores hablan bien de él, pero no le conozco".
No le conoce personalmente, pero sí habla bien de la forma de jugar de su equipo: "El Madrid, a la contra, te mata. Tiene delanteros rapidísimos y la conexión defensa-ataque dura cinco segundos y es gol. No le hace falta jugar bien para meter tres goles. Tiene muchas situaciones por sus jugadores, que son muy buenos. Yo tengo la suerte de conocer bien a Higuaín y Di María. El Pipa no aparece, toca dos pelotas y te hace dos goles. De la nada el Madrid te hace un gol".