Cesc Fàbregas ha analizado el momento que vive en su club, tras ser suplente en los dos partidos de la Supercopa de España ante el Real Madrid, admitiendo que "no hay en el fútbol un buen suplente" y que intentará "ponérselo difícil" a Tito Vilanova.
"Lo que hemos hablado debe quedar dentro del vestuario. Tito me conoce a la perfección. Si no juego tendrá sus razones, cuando me toca salir lo hago e intento hacerlo lo mejor posible para ponérselo difícil", ha asegurado en una entrevista concedida a Radio Marca desde la concentración de la selección española.
"No soy de esos de los que porque se me critica voy a tener malas caras en el vestuario con mis compañeros y no animarles. Intento ser buen compañero en los buenos y malos momentos. Y sobre todo jugar bien al fútbol que es lo que me importa", ha añadido.
Cesc admite que no escuchó silbidos de la afición del Barcelona dirigidos hacia él en el último partido ante el Valencia. "Mi partido del otro día fue bueno, me encontré súper cómodo. Tuve esa ocasión que me habría encantado que entrase, pero quiero ser positivo. Me sorprendió lo de los silbidos porque no noté nada, la verdad", ha dicho, informa EFE.
Y, a los que dudan de su estado físico, les dice que está físicamente en uno de sus mejores momentos. "Me encuentro muy bien, he adelgazado muchísimo respecto al año pasado. He perdido cuatro kilos con una dieta que empecé antes de la Eurocopa y he seguido".
Y ha recordado que el problema que tiene es la competencia con Leo Messi, Andrés Iniesta y Xavi Hernández. "Estoy compitiendo en las tres posiciones que puedo jugar ante los tres mejores jugadores del mundo. Es un factor que condiciona".
Su cara seria en el banquillo del Santiago Bernabéu, donde no jugó ni un minuto en el partido de vuelta de la Supercopa, dio que hablar. Fábregas ha explicado sus razones.
"No hay un buen suplente en el mundo del fútbol. No puedo decir que sea un gran suplente. Como a todos me gusta jugar, tener minutos, pero tampoco soy un mal compañero. Deseo suerte a todos mis compañeros, pongo buenas caras, y si tengo que poner una mala cara voy a casa y la pongo, no la voy a poner contra mis compañeros ni contra el entrenador", ha manifestado.
Su apuesta para voltear la situación es el trabajo. "Mi estado anímico es perfecto. Llego a entrenar contentísimo, trabajo fuerte. Me encuentro como nunca, empiezo el primero a entrenar y termino el último".
Por último, ha descartado que vaya a salir del Barcelona como se ha publicado en la prensa inglesa que ya especula con su regreso al Arsenal. "Trabajaré hasta que la cosa cambie. No he venido aquí a pasar un año, dos ni tres, he venido a intentar retirarme en el Barcelona y ser un jugador muy importante en este equipo".
Cesc: "No puedo decir que sea un gran suplente"
El centrocampista reconoce que no le gusta estar en el banquillo, pero trabajará para cambiar la idea del entrenador.
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