"Tengo calidad para jugar aquí", dijo este lunes Luka Modric durante su presentación como nuevo jugador del Real Madrid para las próximas cinco temporadas. Se daba así carpetazo al culebrón sobre el internacional croata, cuyo fichaje se ha hecho demasiado de rogar.
Después de tres meses de rumores y especulaciones, al fin se cerraba la contratación este lunes. La entidad madridista pagará al Tottenham una cantidad de 35 millones de euros más otros siete en función de objetivos que parecen bastante fáciles de cumplir. En definitiva, 42 millones.
Además de definirse como un futbolista al que gusta el juego "técnico", Modric también reconocía que no se encuentra en su mejor momento de forma, después de haber estado entrenando en solitario el último mes con la única supervisión del preparador físico de los Spurs.
"He trabajado duro desde la Eurocopa. Sólo necesito un par de partidos para estar en forma y alcanzar mi mayor nivel, el que espera el Real Madrid de mí", afirmó Modric, que el pasado 15 de agosto jugó sólo 25 minutos en el amistoso que la selección croata perdió contra Suiza en Split (2-4). Muy poca acción para un futbolista cuyo último partido oficial fue contra España (0-1), en el cierre de la fase de grupos de la Eurocopa de Polonia y Ucrania, el pasado 18 de junio.
No es de extrañar, pues, que aumenten las dudas sobre el estado actual de este talentoso centrocampista, apodado el Cruyff de los Balcanes y que el próximo 9 de septiembre cumplirá 27 años. Él se ve "preparado" para jugar un partido tan importante como el de este miércoles frente al Barça, en el que el Madrid debe remontar el 3-2 adverso de la ida, aunque la falta de minutos y su escaso entrenamiento en las últimas semanas arrojan más sombras que luces.
En caso de que Mourinho decida incluirlo en el once ante los azulgranas, Modric jugaría en el centro del campo al lado de Xabi Alonso, lo que relegaría a Lass Diarra y Sami Khedira a la suplencia. Otra opción es que el balcánico ocupe el lugar de Mesut Özil, cuyo juego ha experimentado un bajón en este inicio de temporada.
Está por ver, en cualquier caso, que Modric sea realmente la solución a los males de un Madrid que ha sufrido tres tropiezos en otros tantos partidos oficiales este curso: derrotas en el Camp Nou (3-2) y Getafe (2-1) y empate ante el Valencia en casa (1-1). "He visto los tres partidos y sólo puede decir una cosa: lo importante no es cómo se empieza, sino cómo se acaba". Con ese optimista mensaje que lanzó en su presentación, el croata intentará ayudar a enderezar el rumbo de un barco que, por ahora, navega a la deriva.