En una entrevista que publica el diario deportivo italiano La Gazzetta dello Sport, el entrenador, quien actualmente se encuentra sin equipo, hace dos puntualizaciones ante todos los comentarios surgidos en torno a su salida del Milán al término de la pasada temporada.
"Primero: no me habría ido nunca después de 13 años (en los que también fue jugador) por razones tácticas, sobre todo porque el Milán hoy juega como antes. Segundo: soy yo quien decidió irse. Yo renuncié a un año de contrato para irme del mejor de los modos", comenta Leonardo.
"Me fui por motivos de incompatibilidad de caracteres y de estilo. Son todo cosas que también le he dicho a él (Berlusconi). A Narciso todo lo que no es un espejo no le gusta", agrega el entrenador, en referencia al personaje mitológico que murió enamorado de la belleza de su propio reflejo en el agua.
El brasileño explica que la última vez que habló con el primer ministro italiano cara a cara fue en marzo pasado, meses antes de marcharse del club, y afirma que no entiende por qué Berlusconi habló "tanto" de él durante la presentación del actual técnico del Milán, Massimiliano Allegri, en julio. "Dentro de él (Berlusconi) tiene que haber algo que no está bien", apunta Leonardo, quien asegura que pronunciar el "te lo había dicho" después de que las cosas hayan ido mal es un "jueguecito un poco banal".
El brasileño confiesa que le gustaría entrenar a algún club de Inglaterra, donde, dice, el papel de técnico "permite una gestión completa del producto deportivo", pero no descarta la idea de aceptar una eventual propuesta del eterno rival del Milán, el Inter, para hacerse cargo del vestuario.
Leonardo, quien se ha mostrado dispuesto a colaborar en la organización del Mundial de Brasil de 2014, por el momento tiene previsto comentar los partidos de la Liga de Campeones para dos plataformas de televisión.
Leonardo, sobre Berlusconi: "A Narciso todo lo que no sea un espejo no le gusta"
Cuatro meses después de anunciar su marcha del Milan, el técnico Leonardo parece no haber borrado de su mente sus diferencias con su antiguo jefe y propietario del club italiano, Silvio Berlusconi, a quien compara con el Narciso de la mitología. "Dentro de él tiene que haber algo que no está bien".
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