L D (EFE) Según Roux, "los más grandes tomaban cosas que yo no me podía pagar. Se hacían otras cosas, como la hemoglobina de síntesis, las transfusiones sanguíneas, a las cuales yo no podía tener acceso". Así explicaba el ex corredor lo que describió como un sistema de "dos velocidades". Roux, ganador del Tour del Porvenir en 1997, portador del maillot de líder del Giro de Italia en 1998, triunfador en el Trofeo de los escaladores en 1999, fue categórico al reconocer ante el abogado de la Federación francesa que en su época se dopó.
El ex ciclista, que corrió en los equipos Castorama, TVM, Casino y Jean Delatour, narraba cómo en el pelotón francés "todo el mundo ha pasado por el aro" en materia de dopaje hasta mediados de los años 90, "consecuencia de una enorme presión", sobre todo de los directores deportivos y de los patrocinadores, frente a los mejores resultados de los corredores extranjeros. "He conocido una gran evolución en el dopaje y consumo de productos desde mediados de los 90. He visto una demanda de los corredores hacia los médicos para hacer lo necesario para ponerse al nivel de los ciclistas extranjeros", explicaba.
Laurent Roux está siendo juzgado en el marco del tráfico del "pote belga", un cóctel de anfetaminas y productos dopantes, cuyo fenómeno ha afectado, sobre todo, al entorno del ciclismo aficionado y que terminó con el propio Roux en un estado depresivo que puso fin de manera brusca a su carrera, después de dos controles positivos en 1999 y 2002 con sus correspondientes suspensiones.
El ex ciclista, que corrió en los equipos Castorama, TVM, Casino y Jean Delatour, narraba cómo en el pelotón francés "todo el mundo ha pasado por el aro" en materia de dopaje hasta mediados de los años 90, "consecuencia de una enorme presión", sobre todo de los directores deportivos y de los patrocinadores, frente a los mejores resultados de los corredores extranjeros. "He conocido una gran evolución en el dopaje y consumo de productos desde mediados de los 90. He visto una demanda de los corredores hacia los médicos para hacer lo necesario para ponerse al nivel de los ciclistas extranjeros", explicaba.
Laurent Roux está siendo juzgado en el marco del tráfico del "pote belga", un cóctel de anfetaminas y productos dopantes, cuyo fenómeno ha afectado, sobre todo, al entorno del ciclismo aficionado y que terminó con el propio Roux en un estado depresivo que puso fin de manera brusca a su carrera, después de dos controles positivos en 1999 y 2002 con sus correspondientes suspensiones.